Un idioma sin límites- Fernando Belzunce

Un idioma sin límites- Fernando Belzunce

Compartir

Cinco barcos cargados con 239 hombres partieron hace quinientos años de la localidad española de San Lúcar de Barrameda para emprender un colosal viaje en busca de especias que pasó por Chile y acabó siendo la primera vuelta al mundo. Siempre en dirección oeste, el tremendo periplo, iniciado por Fernando de Magallanes y culminado por Juan Sebastián Elcano, supuso, además de una fascinante y temeraria aventura, la primera iniciativa comercial global. El primer paso hacia este mundo globalizado al que ya nos hemos acostumbrado y que, con sorprendente naturalidad, podemos recorrer en el presente casi sin necesidad de dejar de hablar en español.

Como si el español fuera hoy en día ese mar que une continentes y países, los que hablamos este idioma formamos parte de una de las comunidades más prósperas y con mayor potencial del mundo. Un espacio compartido por 480 millones de personas que tienen el español como lengua materna, según el último informe del Instituto Cervantes, que apunta también a su imparable implantación en países como Estados Unidos y a su empuje en las academias de idiomas de todo el mundo. Más de 20 millones de estudiantes reciben clases cada día y, si lo piensa, mientras usted lee este texto alguien estará probablemente leyendo otro en voz alta para practicar la pronunciación de palabras de exótica dicción como “naranja” o “ronroneo”.

La poetisa chilena Gabriela Mistral decía que el suceso más grande de las cosas, después de existir, “es ése de ser llamadas precisamente”. Y alrededor de este suceso, que no deja de ser un misterio que no comparten otros animales, nos relacionamos cada día millones de hispanohablantes. Miguel de Unamuno defendía que la lengua no es la envoltura del pensamiento, sino el pensamiento mismo. Pensamos con palabras y a medida que aprendemos más podemos pensar mejor. Una herramienta que, en el caso del español, abre un inmenso marco de posibilidades, pues se trata de uno de los idiomas más vivos y ricos del planeta. Una lengua en continua evolución, con multitud de variantes y con un vocabulario tan exuberante que invita a creer que, si es cierto aquello de Wittgenstein de que los límites del lenguaje son los límites de la mente, nos movemos en un terreno infinito.

El español es la lengua oficial en 20 países que conforman, gracias a él, toda una potencia cultural transfronteriza. Compartimos el 98% de las palabras, lo que deja un 2% como estímulo para exploradores del habla. Una superpotencia, en verdad, con una capacidad de compra cercana al 10% del total mundial. Un enorme territorio donde simplemente todo resulta más sencillo. Tanto hacer negocios como enamorarse. Hablar es compartir, y el lenguaje, que no deja de ser un regalo social, es sin duda un vehículo fundamental para el desarrollo de las relaciones económicas, políticas y sociales en un mundo que cada vez da saltos más grandes para parecer más pequeño. Tan solo el chino mandarín y el inglés, precisamente los idiomas en los que en estos días se escribe la gran guerra comercial global, tienen mayor influencia que el nuestro, al que le aguarda un futuro prometedor.

Enmarcado en este estimulante contexto, el lunes regresa a Santiago por cuarto año consecutivo “Futuro en español”, el foro que reúne a hablantes del idioma de Gabriela Mistral y Miguel de Cervantes procedentes de los dos lados del Atlántico. De la mano del grupo de comunicación español Vocento y “El Mercurio”, el periódico más antiguo del mundo en español, se abrirá un espacio para el debate sobre los valores compartidos por Chile y España y se explorarán nuevas vías en la economía, la comunicación y la generación de nuevos talentos. Será una oportunidad estupenda para compartir retos y visiones y, para algunos de los que participaremos en estas conversaciones, un maravilloso viaje en dirección oeste y una experiencia sin duda extraordinaria. Los invito a que la compartan con nosotros.

 

El Mercurio

Dejar una respuesta