La candidata presidencial, Carolina Tohá, ha dicho que el almirante De La Maza “está al borde de la deliberación” a propósito de la entrevista que dio el fin de semana y donde se refirió al rol de la Armada y del larguísimo Estado de Excepción Constitucional que rige en la Macrozona Sur.
Las declaraciones de la candidata obligan a revisar esa entrevista. Tal vez a Tohá no le parecieron bien los comentarios, pero la verdad es que la no deliberación de las Fuerzas Armadas se mantiene intacta y las palabras del almirante reflejan una realidad: El Estado de Excepción en la Macrozona Sur se transformó en un estado de normalidad.
Esto no significa que el instrumento de poder militar no esté disponible para cuando el poder político lo requiera, es más, es ese poder el que toma las decisiones y los militares siguen las órdenes y las cumplen de la mejor manera posible. El asunto detrás de esto es que, para cumplirlas de la mejor manera posible, las Fuerzas Armadas deben estar preparadas y contar con las capacidades estratégicas necesarias.
De los militares se espera que puedan proteger a Chile y a los chilenos y para ello, el trabajo que está detrás es enorme. No sólo se necesitan a los mejores, también al mejor armamento y capacitación y que tengan la capacidad de interoperar con otras Fuerzas Armadas.
De alguna manera esto se da. Chile cuenta con un nivel OTAN 2, lo que le permite entrenar y operar con los mejores, además de darle una posición relativa a nivel mundial que no todos pueden demostrar.
El problema de hoy, y que tiene que ver con lo que explicaba el almirante, es el hecho de que disponer de las Fuerzas Armadas en un despliegue permanente -porque la verdad es que no sabemos cuándo va a terminar- impacta directamente en esa preparación que necesita para cumplir su misión constitucional.
Lo que hace el almirante en su entrevista no es deliberar, como dice la candidata, es, evidenciar el impacto que el Estado de Excepción tiene en su institución. Deliberar hubiese sido cuestionar la decisión de despliegue buscando cambiar esa opinión. Por el contrario, el almirante explica muy bien y con claridad los efectos de ese despliegue.
Más allá de la entrevista y los comentarios de Tohá, lo que preocupa de los dichos del almirante es el hecho de que el Estado no ha construido las capacidades institucionales que necesita para mantener el éxito del Estado de Excepción y hacerse cargo de una nueva etapa de violencia en la Macrozona Sur.
A los militares se les pide solucionar los problemas que los políticos no han podido solucionar y eso no es lo que deben hacer. A los militares se les debiera exigir estar preparados para neutralizar la amenaza que pueda destruir a Chile. La discusión no pasa por la deliberación, pasa por lo que el poder político está dejando de hacer.
Las Fuerzas Armadas están para unir a Chile, construir cohesión social y ser el reservorio de la identidad nacional. No están para deliberar, están para servir y eso lo olvida la candidata. (El Líbero)
Pilar Lizana
