The Economist: resultado del 4-S ubica a Chile como «democracia plena»

The Economist: resultado del 4-S ubica a Chile como «democracia plena»

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Los desafíos geopolíticos y las múltiples crisis mundiales han provocado un estancamiento de la democracia en todo el mundo. Salvo contadas excepciones, entre ellas Chile, los países han visto retrocesos o escasas mejoras en la calidad de sus instituciones democráticas, según un índice anual de The Economist Inteligence Unit (EIU), que destaca la guerra en Ucrania como el mayor evento del año 2022 con respecto al tema.

El Índice de Democracia 2022, constató que 72 de los 167 países y territorios analizados (43,1% del total) pueden ser considerados democracias, ya sean «plenas» o «defectuosas», mientras que el resto se dividen en regímenes «híbridos» o «autoritarios».

«Esta es una historia de estancamiento, con el puntaje global prácticamente sin cambios comparado con 2021«, señala el informe, junto con detallar que el promedio global en el índice de 2022 fue de 5,29 (en la escala de 0 al 10), comparado con el 5,28 del año anterior.

Aunque se ve una leve alza, EIU estima que es un «resultado pésimo», considerando el levantamiento de las restricciones por la pandemia que habían limitado las libertades individuales y que habían provocado una caída de los indicadores en varios países.

Además de las libertades civiles, el Índice de Democracia toma en cuenta otros cuatro factores para su medición: procesos electorales y pluralismo, el funcionamiento del gobierno, participación política y cultura política democrática.

El nuevo informe titulado «Democracia de primera línea y la batalla por Ucrania» pone especial atención en la invasión rusa a ese país, que califica como «el mayor evento del año».

«Las acciones de Rusia mostraron a muchos la importancia de defender la soberanía nacional, sin la cual una libertad y democracia real no son posibles«, aseguró.

La editora del reporte, Joan Hoey, sostiene que «no puede haber democracia sin soberanía» y, en su opinión, «cualquiera que crea en la democracia debería apoyar el combate de Ucrania por su autodeterminación”.

Tras la invasión de Ucrania, el índice ubica a Rusia (lugar 146) como el país con el mayor retroceso democrático, con una baja de 22 lugares. Otros que tuvieron fuertes caídas fueron Burkina Faso, Haití y El Salvador.

En la vereda contraria, Tailandia, Angola y Niger vieron las alzas más grandes de su puntaje.

Noruega repitió como número uno de la lista, y Afganistán, también como el año pasado, cierra la clasificación.

El número de «democracias plenas» pasó de 21 a 24, ya que Chile (19 en el ranking), España (22) y Francia (22) subieron de categoría, mientras que el número de «democracias defectuosas» bajó a 48 (cinco menos que en 2021), ya que dos países – Perú y Papúa Nueva Guinea- entraron a la categoría de «régimen híbrido».

AMÉRICA LATINA

Uno de los casos más destacados del informe a nivel latinoamericano es Chile que, a diferencia del año pasado, fue catalogado como «democracia plena«. ElU plantea que el rechazo al proyecto de nueva Constitución en 2022 fue una «derrota política para la izquierda que dominó el proceso» y para el Gobierno de Gabriel Boric, lo que llevó a «un movimiento hacia el centro político» del Ejecutivo, que ayudó a reducir la polarización.

«El nuevo proceso (constitucional) corrige los problemas de diseño del anterior», asegura.

En comparación con el índice 2021, Chile mejoró en los indicadores de funcionamiento del Gobierno y participación política, mientras que mantuvo sus cifras en los otros tres.

América Latina y el Caribe tuvo su séptima caída consecutiva en el índice anual. La región sigue siendo la tercera con el mayor puntaje promedio, fuera de América del Norte y Europa Occidental.

No obstante, el informe plantea que esto se debe a que tiene algunas de las democracias más tiene algunas de las democracias más fuertes del mundo, como Uruguay (11), Costa Rica (17) y Chile, que solo tienen cerca del 4% de la población total, mientras que el 45% de los habitantes de la zona vive en países híbridos o autoritarios.

Los países que cargan la balanza hacia abajo son Haití (135), El Salvador (93) y México (89), que tuvieron caídas significativas en su puntaje. EIU también destaca los casos de Perú (75) y Brasil (51), que tuvieron bajas más moderadas, pero también preocupantes.

El informe enfatiza en el intento de autogolpe de Estado del expresidente Pedro Castillo, del 7 de diciembre de 2022, las protestas contra la actual mandataria, Dina Boluarte que han dejado más de 60 muertos, y las disputas con el Congreso como las razones que llevaron a que el país sea considerado hoy como un «régimen híbrido».

«No sorprende que Perú haya sido degradado en 2022, a la luz de la inestabilidad política y el caos del país. Perú se distingue por una especie de estabilidad inesta-gue por una especie de estabilidad inestable: parece dirigirse hacia el límite, pero de alguna manera logra evitar el colapso y la catástrofe. Aunque es posible que pase a la categoría de ‘régimen autoritario’ en 2023, la continuación de su estado actual parece más probable«, dijo a «El Mercurio» Michael Shifter, expresidente del centro de estudios Diálogo Interamericano.

En total, la región tiene cuatro de los 59 regímenes autoritarios del mundo: Haití (lugar 135), Cuba (139), Nicaragua (143) y Venezuela (147).

Para EIU, el país latinoamericano con el mayor riesgo de pasar a esa categoría es El Salvador (93), debido a las acciones del Presidente Nayib Bukele, que «han mermado el sistema de controles y contrapesos», como el decreto de un estado de excepción que ya lleva casi un año, la destitución de jueces de la Corte Suprema y su intención de repostularse, pese a los límites constitucionales.

El informe destaca a los grupos criminales y la corrupción como algunas de las mayores amenazas a la democracia a nivel global. «La distorsión de informaciones en la red, la tendencia a una mayor polarización política, el uso de nuevas tecnologías por parte de los gobiernos para monitorear y reprimir a los ciudadanos y el respaldo a demagogos políticos por parte de personas decepcionadas con su gobierno son algunos de los mayores desafÍos de la democracia a nivel mundial», aseguró a este diario Thomas Carothers, codirector del programa de Democracia, Conflicto y Gobernanza del Carnegie Endowment for International Peace. (Emol)