La campaña de segunda vuelta parecía tener un guión claro: disputa por el votante de Parisi, búsqueda de apoyos improbables, gestos hacia el centro y un par de debates. Pero el libreto se rompió en la frontera norte. Las imágenes de inmigrantes irregulares tratando de salir del país por el inminente gobierno de Kast y el recuerdo fresco del buenismo migratorio de la izquierda movieron el eje de la discusión y, a dos semanas de la segunda vuelta, ya no se discute tanto quién tiene el mejor programa, sino quién es creíble para poner orden en la frontera.
1. Jara y una elección cuesta arriba. Estructuralmente, esta elección siempre ha sido adversa para la candidata comunista. Pesa su condición oficialista -en un contexto global donde la inercia favorece a las oposiciones-, juega en su contra el voto obligatorio -en el electorado forzado, Kast marca la diferencia- y el clima de opinión ya no es el de 2021 y la estela del estallido, sino el de una sociedad que en 2025 pide, sobre todo, restaurar el orden.
- Su resultado en primera vuelta ratificó este cuadro y representó un fuerte golpe anímico para la izquierda, debilitando su opción para el balotaje.
- Esta debilidad explica, en parte, que no haya podido mantener a su jefe estratégico, Darío Quiroga, y lo difícil que le ha resultado fortalecer su comando y conseguir apoyos improbables.
- El principal incentivo que hoy tiene la izquierda para sostener a Jara, más que intentar ganar la elección, es perder por el menor margen posible y así fortalecer un eventual rol opositor frente al próximo gobierno.
2. Kast, nuevo líder de las fuerzas del Rechazo. El candidato republicano parece haber aprendido las lecciones de 2021 y su campaña ha seguido un libreto claro: pragmatismo para construir una alianza lo más amplia posible, despliegue territorial sobre los bolsones de Parisi, uso del favoritismo siendo selectivo en los foros donde participa y un discurso centrado en la idea de un gobierno de emergencia.
- Su prudencia en la primera vuelta para relacionarse con contendores y potenciales aliados, sumada al buen resultado electoral, le permitió reunir rápidamente a todas las fuerzas del Rechazo, con guiños significativos de Demócratas y del expresidente Frei (DC).
- Al mismo tiempo, ha insinuado alianzas internacionales en conversaciones con Meloni, Milei, Peña y Noboa, y ha ensayado en público un tono presidencial, en contraste con una candidatura de Jara sin nuevos apoyos relevantes, atolondrada en la búsqueda del voto Parisi y virulenta en sus ataques a Kast.
- Todo apunta a que el plebiscito del Sí y el No, que ordenó la política chilena por 35 años, ha sido reemplazado por el clivaje Apruebo-Rechazo de 2022. La última encuesta Panel Ciudadano-UDD no sólo muestra que Kast capta por 3 a 1 a los votantes de Parisi frente a Jara, sino que, llevada a base 100, pronostica un 60%-40% a su favor, muy similar a la distribución Rechazo-Apruebo.
- Kast está llamado a que esta coalición electoral prefigure una coalición de gobierno amplia que, aprovechando este nuevo clivaje y con su fuerza de gravitación en la derecha, busque proyectarse en el tiempo en gobiernos afines capaces de sacar al país de la decadencia.
3. Tensión en la frontera y el boomerang del buenismo. En este escenario, la escalada del conflicto migratorio en la frontera con Perú sí tiene capacidad de mover la aguja electoral, a diferencia de otros temas instalados desde la élite política.
- Si en 2014 había 416 mil extranjeros en Chile, al final de este gobierno esa cifra rondará los 2 millones, de los cuales se estima que, alrededor de un 18%, está en situación irregular.
- Para la ciudadanía, especialmente para el votante despolitizado que ambos tratan de seducir, la imagen de inmigrantes irregulares buscando salir del país por la amenaza de Kast es más elocuente que cualquier franja televisiva y pone en el centro de la agenda un tema en que no compiten en igualdad de condiciones: la credibilidad en materia de inmigración irregular.
- La izquierda chilena carga con un problema de origen: por más de una década se instaló en el progresismo una visión moralizante de la migración, donde toda frontera se miraba con recelo y toda expulsión se leía como crueldad. No es casual que Boric dijera en 2018 “no tengo problemas con inmigrantes sin papeles” y que Jara afirmara en 2019 que “Latinoamérica debiera ser sólo una patria, y que no debería haber fronteras”.
- A diferencia de esa élite, para el ciudadano común y corriente la frontera abierta no era una causa, sino un problema en su vida cotidiana: consultorios sobrecargados, falta de cupos en jardines, transporte saturado, barrios hacinados, costumbres chocantes, criminalidad desconocida, etc.
- Esta visión del progresismo desconoce que Chile ni está obligado ni tiene la capacidad de recibir a todos los migrantes del continente y que, si un extranjero quiere entrar al país, la primera regla es obedecer las normas para hacerlo.
- En ese marco, no sorprende que la balanza se incline en favor de Kast. Se podrá discrepar de sus recetas, pero lleva años diciendo lo mismo sobre migración y fronteras y ofrece lo que la izquierda perdió hace tiempo: sensación de control. Según la última encuesta Criteria, a nivel de atributos, Kast se impone por 69 puntos versus 31 de Jara en “ordenar la migración”
- Jara, en cambio, llega tarde a la conversación. Sus nuevas declaraciones duras chocan con su trayectoria y la de su sector. El votante promedio no revisa votaciones en el Congreso, pero sí tiene memoria: recuerda quién se indignaba cuando se hablaba de cerrar pasos no habilitados y quién relativizaba los efectos de la inmigración irregular. Esa memoria pesa más que cualquier giro discursivo de última hora.
Que la frontera se haya instalado en el centro de la agenda a pocos días de la elección significa, probablemente, que la izquierda pagará en las urnas el costo de haber eludido durante años una conversación seria sobre esta materia. Para recuperar su credibilidad no bastan un par de frases duras en campaña: debe asumir que proteger a los más vulnerables implica controlar en serio quién entra a Chile y trabajar con decisión para expulsar a quienes se encuentran en situación irregular. (EX Ante)
Juan Pablo Rodríguez



