Stéphanie Alenda advierte contra radicalización de la derecha en Chile

Stéphanie Alenda advierte contra radicalización de la derecha en Chile

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Stéphanie Alenda, académica de la UNAB y experta en la derecha chilena, advierte que a once días de la primera vuelta, el sector sufre una «radicalización del discurso» donde los actores moderados están siendo arrastrados por los sectores más duros, lo que resulta en una «dinámica autodestructiva». Al analizar la posibilidad de que tres candidatos de derecha disputen los segundos y tercer lugares, Alenda señala que el riesgo principal es que ninguno logre imponerse con la fuerza necesaria o llegue sólido a un balotaje. La ausencia de un liderazgo unificador, como el que alguna vez representó Sebastián Piñera, podría dejar al sector con un liderazgo debilitado si se confirma el empate técnico.

Respecto a la molestia del Partido Republicano por el reciente video de Evelyn Matthei, la analista interpreta que la contienda ya no se centra en una disputa ideológica, sino en una «contienda menos ideológica y más emocional». El motor del voto se ha trasladado a temas coyunturales que interpelan al 60% de los chilenos que se inclinan a la derecha: inseguridad, reactivación económica y control migratorio. En este escenario, la consigna es resolver problemas más que ganar guerras ideológicas, y el discurso de la crisis se utiliza como recurso estratégico para construir antagonismos y legitimar soluciones excepcionales ante una ciudadanía impaciente.

Alenda diferencia los liderazgos de José Antonio Kast y Johannes Kaiser, afirmando que no son equivalentes ni intercambiables. Kast representa un liderazgo institucional, conservador y partidista, mientras que Kaiser es disruptivo, digital y libertario. Ambos se nutren del mismo malestar social, pero al traducirlo en registros políticos distintos, explican tanto su coexistencia como la competencia que fragmenta al sector.

Mirando al futuro, la experta considera que un gobierno de las tres derechas es un escenario incierto y condicionado por el resultado electoral. Si Kaiser lograra acortar distancia o incluso superar a Matthei, podría endurecer su posición y no negociar sus principios, anticipando una posible radicalización del programa de gobierno y tensionando aún más los esfuerzos de Chile Vamos por construir una coalición unificada. Esto se suma a la falta de unidad estratégica evidente en la derecha, producto de la voluntad de los sectores más radicales de disputar la hegemonía a Chile Vamos.

Sobre la estrategia de Matthei, Alenda afirma que lo que más ha erosionado su apoyo son los «tropiezos acumulados» y los cambios reiterados en el equipo, lo que ha puesto en duda la coherencia de su diseño estratégico. La candidata transmitió una sensación de desajuste entre el tono moderado que intentaba proyectar y algunas declaraciones cercanas a la derecha dura, perdiendo la oportunidad de consolidar un proyecto de centroderecha sólido y de reivindicar la herencia del piñerismo. La consecuencia es ser una candidata atrapada entre dos fuegos, que confunde a los electores.

Respecto al favorito Kast, la analista sostiene que el desgaste se debe a cuestionamientos a su programa y al manejo de cifras, además del deterioro reputacional derivado de la supuesta red de bots, lo que desvió el debate a lo puramente táctico, lo que la ciudadanía desconfiada menos tolera. Finalmente, en cuanto a los temas de memoria y justicia, la experta lamenta una «preocupante regresión» en el tratamiento de estos temas, evidenciada por el llamado de Kaiser a «cerrar el capítulo entre 1973 y 1990». Esta regresión confirma la radicalización del discurso de campaña, donde los sectores moderados son arrastrados por los más duros.

DEMÓCRATAS Y AMARILLOS

Las colectividades Demócratas y Amarillos, autodefinidas como de centro, han mantenido una postura de rechazo explícito a los extremos políticos, mientras que, en la práctica, han fortalecido su alianza con la centroderecha de Chile Vamos, un bloque que está siendo arrastrado por la radicalización del discurso, según la académica Stéphanie Alenda. La posición de estas nuevas fuerzas se debate entre la moderación que buscan proyectar y la necesidad de pactar con la derecha para tener viabilidad electoral y política.

El senador Matías Walker (Demócratas) ha sido enfático en señalar que alguien que se defina de centro «no puede votar por los extremos» en un balotaje, una declaración que apunta tanto a Jeannette Jara (PC) como a José Antonio Kast (Republicano) y Johannes Kaiser (PNL). Esta postura se vio reflejada en su crítica a las candidaturas más de derecha, como cuando calificó como un «error» que Matthei hablara de «venganza» al referirse al Plan de Búsqueda de desaparecidos.

Pese a esta distancia discursiva con los tonos más duros de la derecha, ambas colectividades han consolidado una alianza pragmática con Chile Vamos. Ximena Rincón (Demócratas) ha tenido que enfrentar constantes críticas, incluso desde la Democracia Cristiana (DC), por negociar y pactar con la derecha, y por no ser coherente con su autodefinición de centro. De hecho, Demócratas y Amarillos forman parte del pacto parlamentario junto a los partidos de Chile Vamos para las elecciones, con la esperanza de proyectar esta alianza hacia el futuro.

La senadora Rincón ha defendido que Demócratas «no es parte de la nueva derecha», aunque reconoce que en sus filas hay integrantes que provienen de la UDI y RN, además de exmilitantes de partidos de centroizquierda. Sin embargo, en el debate político, las críticas apuntan a que sus acciones y votos en el Congreso los sitúan «al otro lado» del centro. El dilema de estas colectividades, según analistas, es que al haber perdido peso en la centroizquierda, necesitan la alianza con la derecha para ser relevantes en el nuevo escenario político, a pesar de que esta se encuentre en un proceso de radicalización y fragmentación interna. La reflexión interna de Demócratas y Amarillos considera que el país necesita «grandes acuerdos» para evitar la polarización, un objetivo que buscan impulsar desde su posición de bisagra. (NP-Gemini-Ex Ante)