El presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Antonio Walker, abordó la inseguridad que vive el sector agrícola tras el doble homicidio de dos camioneros en la Ruta 66 (Ruta de la Fruta) ocurrido el sábado recién pasado.
Según acusó, el crimen organizado se ha alejado de los sectores urbanos para acercarse a zonas rurales, y que incluso, ofrecen a los temporeros droga a cambio de dinero como salario. Una práctica que a su juicio, se instaló.
«Hay casos muy brutales. En Ovalle (Región de Coquimbo) hay narcotraficantes que se han tomado sectores, se blanquean como agricultores, siembran y plantan hortalizas y gente que va a trabajar con ellos -como una señora temporera en Ovalle nos relató hace un tiempo- que cuando se va a pagar, le ofrecen pagarle con droga.
Entonces lo primero es reconocer que aquí hay un problema», aseveró Walker en T13 Radio. Al ser consultado sobre qué tan extendida es esta situación y si aquello está en conocimiento por el Ministerio del Interior, el líder de la SNA aseguró que «esto es absolutamente generalizado».
Y ejemplificó que «en caseríos, villorrios, pueblitos nunca habíamos visto drogas. Hoy hay mucha droga, hay mucho narcotraficante y hay mucha gente y mucho narcotraficante que se ha ido a vivir a los sectores rurales dado que en los sectores urbanos hay mucha mayor protección, y mayor tecnología».
Por eso, según Walker, los narcotraficantes «se están escondiendo en sectores rurales donde se hace mucha agricultura y es absolutamente generalizado».
Asimismo, relató que cuando asumió el mando de la SNA en abril del año pasado, recorrieron Chile para «escuchar y ver cuáles son los lomos de toro que están impidiendo que la agricultura crezca a las tasas que crecimos hace diez años y en todas partes: orden público, seguridad, narcotráfico y delincuencia, el primer punto».
«Estamos hablando de algo realmente que yo diría es el primer problema que tiene Chile, dos temas; orden público y seguridad y como poner en marcha la economía», cerró.
ALERTAS DE FISCALÍA
El Ministerio Público, ya había dado cuenta de estas prácticas. Fue a través de su informe anual del Observatorio del Narcotráfico de 2022, en el que detalló el modus operandi y levantó alerta por ello.
«Una preocupante tendencia es la penetración por el narcotráfico en distintos puntos de Latinoamérica, en parques nacionales y en zonas rurales pertenecientes a comunidades de minorías étnicas o pueblos originarios«, plantearon, agregando que «este es un fenómeno que el Observatorio del Narcotráfico viene monitoreando desde el 2021, y que viene avanzando en distintos puntos del continente».
Si bien, hasta ese entonces, en Chile no existían comunidades autónomas, ya se habían registrado múltiples denuncias sobre amenazas y hechos de violencia por parte de los narcotraficantes, «los que buscan instalarse en los territorios».
La situación no queda ahí, sino que el Sindicato de guardaparques de Chile, denunció el día 14 de noviembre de 2021, que bandas de narcotraficantes se habían tomado los parques nacionales.
En específico, el presidente nacional del gremio, reclamaron que «hay unidades que han sido tomadas por bandas de narcotráfico. Los parques los ocupan para las plantaciones de marihuana y cuando son en zonas fronterizas para el tráfico de vehículos y de droga».
Agregando que «los guardaparques están abandonados, obligados a abordar estos problemas de seguridad, sin tener apoyo de las policías ni tener mecanismos normativos para atacar problemas tan graves».
Chile no es el único país, ni mucho menos el primero. De hecho el informe de la Fiscalía evidenciaba esta penetración por parte del narcotráfico en los sectores rurales en múltiples países de América: México, Colombia, Perú, Bolivia y Brasil.
El aumento en la producción dentro del país también ha aumentado. De hecho, el mismo informe muestra cómo el fenómeno no sólo se ha extendido en zonas y cantidad de producción, sino también en la modificación de la cultura criminal asociada, que ha permitido que los productores perfeccionen su ilícito, inviertan en logística y en insumos para mejorar la producción.
Esta producción permite grandes ganancias, de la mano de una baja inversión, lo que conlleva a que proliferen los competidores, y con ello la necesidad de las bandas criminales de eliminar competencia, con uso de la violencia, y hoy en día se asocia específicamente al uso de armas de fuego. Sin embargo, hace unos años el panorama en Chile era muy diferente.
En específico, el país cambió de homicidios «por un imputado conocido», es decir con algún vínculo o conexión a asesinatos con «armas de fuego e imputados desconocidos. Lo que evidencia que estamos pasando al sicariato o ajuste de cuentas», expresó a BBC, el abogado Francisco Cox. (Emol)



