No miles, millones de trabajadores están agobiados no solo por su salud, sino que, además, por no saber si van a recibir sueldo mientras estén parados por el coronavirus. El Gobierno presentó la solución: una ley para que el Fondo de Cesantía pague al menos parcialmente esos ingresos siempre que el empleador los mantenga contratados. La oposición no la aprobó por diferencias en detalles, dejando sin sueldo a esos trabajadores. Sí, como lo lee, sin sueldo.
Es evidente, de sentido común, que un restaurante, una tienda, incluso una empresa más grande no pueden pagar sueldos si no pueden vender. Forzar su pago obligará a muchas empresas a quebrar porque sin ventas no hay dinero ni nuevos créditos bancarios. Otras tendrán que despedir a sus trabajadores por no poder pagarles. Todo eso agudizará la crisis desmantelando más la producción y perjudicando más a los trabajadores. Ignorar esta realidad no es ingenuidad, es demagogia.
La oposición estalló contra el dictamen de la Dirección del Trabajo que suspende el pago de sueldos a quienes no pueden trabajar, cuando tenía en su mano solucionar el problema aprobando la ley. Prefirió ganarle al Gobierno, quien, siempre torpe comunicacionalmente, no combinó el dictamen con el uso del Fondo de Cesantía.
Los trabajadores esperan su sueldo el 31 de marzo. Los parlamentarios deben aprobar su pago hoy mismo. Si faltan detalles, habrá tiempo para dictar otras leyes. (El Mercurio Cartas)
Bernardo Fontaine
Fundación Ciudadanos en Acción
