A muchos se les olvida, pero en su época las ideas de la Escuela de Chicago, impulsadas por Sergio de Castro, Miguel Kast, Ernesto Fontaine y varios otros, eran completamente contraculturales y revolucionarias y difícilmente habrían sido implementadas sin la ayuda de Roberto Kelly.
Lo más notable del liderazgo de Sergio de Castro y de quienes lo siguieron en esa cruzada, es el amor a las ideas, más confianza en el valor de la rigurosidad económica al momento de aplicar políticas públicas y el desapego a la ambición personal. Ninguno de los profesionales incorporados al servicio público por Sergio de Castro ganaban buenos sueldos, todo lo que los movía era transformar Chile para que pudiera despegar y derrotar la pobreza.
Esperamos sinceramente que el reformista de Sergio de Castro, que con coraje implementó políticas públicas para fomentar el crecimiento económico, esté en el corazón de nuestra visión de futuro en este año de elecciones presidenciales. La democracia deja de cumplir su rol cuando la política se conforma con la mediocridad, y es justamente lo que ha pasado en nuestro país. (El Mercurio Cartas)
Felipe Kast
Presidente fundación Miguel Kast



