En el país seguimos debatiendo sobre una serie de reformas importantes para el futuro de nuestra patria, como son la discusión constitucional, la reforma tributaria, la reforma de pensiones y la reforma laboral, que son anhelos transversales y que, por cierto, deben concentrar nuestro trabajo y dedicación. Pero inexplicablemente seguimos postergando e invisibilizando la principal reforma que pide hoy la ciudadanía y es lo que causa tanta desafección con la democracia: mejorar la seguridad pública.
Para que haya seguridad pública, las instituciones correspondientes deben poder prevenir, anticipar, detectar, detener y sentenciar a los responsables de actos terroristas, narcotráfico y delictuales. Desde Sofofa hemos hecho varias veces la consulta a las instituciones encargadas de la seguridad pública: ¿Qué necesitan estas instituciones -el Ministerio Publico, la Agencia Nacional de Inteligencia, la Policía de Investigaciones y los tribunales de justicia- para hacer su trabajo de manera efectiva y eficiente? ¿Faltan recursos?, ¿necesitan cambios en las leyes? Necesitamos que se pronuncien para tomar la debida acción y poder dar solución a esta sentida demanda de la ciudadanía, que en más de un 80% es la principal preocupación que tienen. Si no atendemos esta legítima demanda, ¿de qué nos sorprendemos cuando la ciudadanía valora cada vez menos la democracia como el sistema capaz de solucionar sus problemas? ¿Es acaso incompatible tener orden y seguridad con un sistema democrático abierto a la deliberación de ideas y acciones? ¿Cuándo será el momento en que los encargados de resolver este grave problema reaccionen?
Proveer de seguridad a los ciudadanos, no es solo una de las tareas fundamentales de un gobierno, sino que también es una de las condiciones habilitantes para el desarrollo de la actividad económica. Un país seguro entrega certeza y estabilidad a los inversionistas y permite que emprendimientos de todo tipo y tamaño prosperen. Por lo mismo, es importante visibilizar los desafíos e impactos que enfrentan las empresas e industrias ante la falta de seguridad, así como de quienes trabajan en ellas. Así, se debe persistir en fortalecer el Estado y sus órganos de persecución penal y cumplimiento de penas, por lo que se propone avanzar con rapidez en la modernización del Sistema de Inteligencia del Estado, entre otras prioridades. Pero, además, Sofofa ha empujado una estrategia de seguridad que contemple una aproximación público-privada para colaborar en proveer antecedentes y soluciones a las autoridades, aprovechando el conocimiento y experiencia acumulada por las empresas en su batalla contra la inseguridad.
Han pasado tres años desde que más de 80 estaciones de Metro fueron quemadas simultáneamente con acelerantes, sin que hasta la fecha se haya dado con los responsables de cada uno de estos actos y, menos aún, con la organización detrás de este evento de clara coordinación. A 6 semanas de los peores incendios en la historia reciente de la nación, con más de 4.000 focos en la macrozona sur, no se han conocido quienes son los responsables, intencionales o negligentes, que causaron pérdidas humanas, de emprendimientos fruto del esfuerzo de toda una vida, de plantaciones forestales y de un grave daño al ecosistema. Diariamente leemos en los diarios asesinatos en la vía pública, quemas de autos con personas adentro, sicariato y secuestros, entre otros delitos de extrema gravedad, ¿qué están haciendo nuestras instituciones para dar con los responsables?
Sin duda, están en juego las vidas de las personas, pero también lo está nuestra confianza en la institucionalidad y en nuestro sistema democrático. Es hora de decir basta y centrar todos los esfuerzos en dar atajo a este serio problema. Esperamos escuchar por parte de las instituciones con autoridad pertinente qué necesitan para con cumplir su deber, para que el resto de la sociedad podamos colaborar y ayudar a lograr sus objetivos. ¡Chile lo clama! (La Tercera)
Richard von Appen
Presidente de Sofofa
