Secuestros, homicidios y nuestra capacidad de asombro-Pilar Lizana

Secuestros, homicidios y nuestra capacidad de asombro-Pilar Lizana

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Los secuestros nos siguen sorprendiendo, ¿a qué se deben? ¿Hasta dónde pueden llegar? Son muchas las preguntas que empiezan a surgir a medida que los chilenos se dan cuenta de que el aumento de homicidios fue sólo el comienzo.

Espero nunca perdamos la capacidad de asombro, es lo único que nos mantendrá en alerta y haciéndonos cargo del crimen organizado, de lo contrario, nos habremos acostumbrado a una realidad marcada por la violencia y el letargo del acostumbramiento nos llevará a la inacción.

Los niños son curiosos y están constantemente buscando respuestas, en parte porque se encuentran descubriendo el mundo y en parte porque su capacidad de asombro los lleva a querer buscar esas respuestas. No digo que volvamos a ser niños, pero sí que no olvidemos eso que nos mueve a resolver problemas.

Nos enteramos de la detención del líder del Tren de Aragua vinculado al crimen del Teniente Ojeda, pero también supimos que salió de Chile, sólo para entrar tiempo después para, presuntamente, rearmar brazos de la organización criminal.

No debe sorprendernos su actuar, pues, la trascendencia de la organización siempre va a ser más importante que cualquiera de sus miembros, pero, debe sorprendernos que a pesar de todo lo que sabemos, de todos los planes del Estado, nuestra frontera sigue siendo parte del problema.

¿Qué nos está faltando? ¿Será que aún no comprendemos el fenómeno? ¿Será miedo o alguna otra cosa? A estas alturas el motivo no es lo relevante. Estamos aprendiendo al mismo tiempo que la criminalidad avanza y evoluciona, por lo tanto, estamos llegando tarde. Y, estamos llegando tarde porque sólo reaccionamos, ninguno de los planes y estrategias consideran acciones claras de prevención.

Los gremios deben realizar reuniones de emergencia para instalar el problema de la violencia en el transporte de carga, los municipios rurales deben alzar la voz para que el delito cometido en sus territorios sea considerado con la misma gravedad que en zonas urbanas.

La ocasión hace al ladrón dice el dicho, pero la ocasión, también hace a la solución. Las respuestas del Estado llegan tarde. Falla la ocasión, ¿por qué? No es la pregunta si no, ¿qué hacer?

Hay que volver al origen, recuperar la capacidad de asombro y, trabajar a contrarreloj para diseñar respuestas adecuadas a cada rincón de Chile. Se requiere abordar el crimen organizado con sus homicidios, secuestros y extorsiones, pero también el alza de delitos comunes en zona aisladas, en definitiva se necesita de una respuesta de seguridad que aborde los distintos niveles del problema y priorice sus acciones en cuanto a prevención y persecución.

La seguridad pública es una cadena cerrada que debe estar en constante revisión y  hacerse cargo de cada uno de sus eslabones. Relegar alguno es dejarle el camino abierto a criminales como el “Gordo Alex”.

Se necesitan todos, sólo así se podrá diseñar una estrategia que considera el contexto criminal de cada macrozona, una que esté construida sobre niveles levantados de acuerdo a la peligrosidad del desafío y, una que responda en los tiempos necesarios, es decir que busque prevenir, sólo para dejar a la persecución aquello que supera su alcance. (El Líbero)

Pilar Lizana