¿Sólo la fuerza es la respuesta a un narco poderoso en armamento y dinero? La primera pregunta que se viene a la mente al momento de observar lo que pasó esta semana en Río de Janeiro. La capital de la samba dio paso a uno de los operativos policiales más violentos del último tiempo.
Con más de 120 muertos, entre ellos agentes del Estado, los menos en todo caso, la policía civil y militar de Río dio un golpe al Comando Vermelho ubicado en los complejos Alemán y Penha. Pero, ¿qué hay detrás de ésto? Algunos testigos llegaron a afirmar que se había aplicado una pena de muerte de facto, pues en Brasil no existe pena capital.
Pero, ¿sólo basta la fuerza? Reiterar la pregunta es importante, especialmente para la realidad chilena. A dos semanas de las elecciones presidenciales, en un contexto de seguridad bastante menos complejo que el brasilero, pareciera que sólo se mira a la fuerza como una respuesta al crimen organizado. ¡Que el caso de Brasil sirva de ejemplo!
En realidad, Brasil nos deja varias lecciones, empezando por la forma, la que dejó cientos de cadáveres en las calles y que hoy tiene al mundo entero comentando sobre la violencia y no la efectividad del operativo. El nivel de fuego del grupo criminal es otra lección que no debemos dejar pasar, más de 100 armas y 10 explosivos decomisados, junto con toneladas de droga, son evidencia de que la amenaza que enfrentamos no se asemeja en nada a la criminalidad que conocimos en el pasado. Finalmente, las diferencias entre las autoridades nacionales y estatales pudiese ser una señal potente para un grupo criminal que esté planificando su venganza.
¿Hasta dónde sirvió la fuerza? No lo sabremos por ahora. Probablemente seamos testigo de un momento de observación y análisis hasta que se produzca la reacción del cartel… o no. Todo dependerá de qué tanto afectó al negocio. Sí, al negocio, porque si es que se mantiene intacto y recuperar el control de la favela pasa por designar nuevos liderazgos, el operativo no habría logrado un efecto duradero.
En cambio, si el Estado toma el control de la favela y logra llegar con soluciones a sus ciudadanos, cambiando la cara del lugar, el operativo habría sido exitoso. Porque al final del día, el uso de la fuerza es sólo el comienzo para que el Estado ejerza la soberanía en su territorio.
Entonces, ¿es sólo la fuerza? No. Si sólo fuera la fuerza bastaría con eliminar a los criminales, pero eso tampoco soluciona el problema. Es la fuerza en un perfecto balance con el desarrollo y el bienestar. Es, simplemente que el Estado llegue a todos por igual.
Volviendo a Chile, que la tentación de llamar a usar la fuerza, porque eso es lo que quieren escuchar los chilenos cansados de la delincuencia, no pierda a los aspirantes a La Moneda en soluciones populistas. Más que la fuerza, son nuestras fortalezas las que harán al narco retroceder.
No somos Brasil, pero eso no significa que no podemos aprender de ellos. No hay que olvidar que alguna vez estuvieron en el mismo punto donde nos encontramos nosotros hoy. (El Líbero)
Pilar Lizana



