La reina Isabel II exhortó el domingo a afrontar el brote de coronavirus con fuerza, autodisciplina y compañerismo, en un inusual discurso dirigido al Reino Unido y a las naciones de la Commonwealth.
En fragmentos publicados hoy de un discurso “profundamente personal”, la monarca de 93 años dijo que tiene fe en que la población reaccionará, a pesar de las dificultades.
Fuera de los mensajes anuales por Navidad es la quinta vez en sus 68 años que la Reina pronuncia un discurso televisado de forma especial, y que fue transmitido a las 15 horas de Chile.
En su cierre, de hecho, la reina hizo un guiño simbólico: “Nos volveremos a encontrar”, señaló, con una frase -«We’ll meet again»- que también es el título de una emblemática canción británica de la época de la Segunda Guerra Mundial, cuya interpretación más famosa es la de la cantante Vera Lynn, y que acompañaba a los soldados cuando iban a partir al frente de batalla.
Anteriormente lo había hecho por la muerte de su madre en 2002, la víspera del funeral de la princesa de Gales en 1997, en 1991 durante la primera Guerra del Golfo y en 2012, cuando dio las gracias a la opinión pública tras las celebraciones por su Jubileo de Diamante, que marcó el 60 aniversario de su ascenso al trono.
El Reino Unido registró el sábado un récord de 708 muertos diarios por coronavirus, incluido un niño de cinco años, lo que elevó el total a 4.313, mientras el país se prepara para su tercera semana de confinamiento.
Según el Palacio de Buckingham, la reina agradecerá personalmente al personal sanitario y a otros trabajadores sus esfuerzos durante la crisis.
«Les hablo sabiendo que es un periodo cada vez más desafiante», dirá en el discurso, que fue grabado en el Castillo de Windsor, al oeste de Londres.
«Un periodo de alteración en la vida de nuestro país: una alteración que ha causado dolor a algunos, dificultades financieras a muchos y cambios enormes en la vida cotidiana de todos nosotros».
El primer ministro británico, Boris Johnson, que dio positivo por COVID-19, ha puesto a su gobierno en pie de guerra, pidiendo una respuesta colectiva al brote.
Unas 750.000 personas respondieron a su llamamiento a voluntarios para brindar apoyo al Servicio Nacional de Salud (NHS). Los ancianos y las personas vulnerables fueron puestas en autoaislamiento.
Él había pedido 250.000. Las empresas y la industria se han movilizado como nunca desde la Segunda Guerra Mundial.
«Espero que en los próximos años todos puedan sentirse orgullosos de cómo respondieron a este desafío», dirá la reina.
«Y los que vengan después de nosotros dirán que los británicos de esta generación fueron tan fuertes como cualquiera».
«Que las cualidades de autodisciplina, de determinación tranquila y con buen humor y de compañerismo aún caracterizan a este país».
La reina y su esposo, el príncipe Felipe, de 98 años, se trasladaron al Castillo de Windsor el 19 de marzo como medida de precaución debido a su edad, un factor de riesgo en esta enfermedad.
Según funcionarios reales, los dos gozan de buena salud y siguen las recomendaciones del gobierno.
Su hijo mayor y heredero al trono, el príncipe Carlos, de 71 años, se ha autoaislado en su finca de Balmoral, en el noreste de Escocia, después de presentar síntomas leves de COVID-19.
Como medida de precaución, el jueves inauguró oficialmente por videoconferencia un nuevo hospital de campaña de 4.000 camas en el este de Londres, donde se tratará a los pacientes más graves.
La familia real ha suspendido sus compromisos y el discurso del domingo fue grabado por un cámara con equipo de protección, informaron funcionarios reales.
Se ha pedido asesoramiento médico para mitigar cualquier riesgo para la reina y otras personas, añadieron. (La Tercera)