Reglas del Uso de la Fuerza (RUF): legislemos en serio-Luis Larraín

Reglas del Uso de la Fuerza (RUF): legislemos en serio-Luis Larraín

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El Senado ha aprobado el proyecto de las Reglas del Uso de la Fuerza (RUF), que lleva dos años en el Congreso, y debe pasar ahora a la Cámara de Diputados. Mientras tanto, diariamente mueren ciudadanos chilenos atacados por delincuentes que tienen armamento y poder de fuerza superior a los de los policías. Que además actúan inhibidos por la persecución judicial de la que son objeto en fiscalías y tribunales.

El Senado mejoró el proyecto, desechando los criterios de proporcionalidad y de gradualidad en el uso de la fuerza, introducidos por el gobierno de Boric y su ministra del Interior y Seguridad Pública, Carolina Tohá, reemplazándolo por un principio de racionalidad en el uso de la fuerza. Ello, porque el proyecto respaldado por el gobierno, al consagrar la proporcionalidad hace que la carga de la prueba termine siendo del policía, que debe demostrar ante un juez y un fiscal que actuó proporcionalmente frente a un atacante. Esa formulación desconocía que las fuerzas de orden, en una sociedad democrática, deben tener una superioridad de poder de fuego, que haga eficaz su actuar frente a la amenaza delictual. Cuando no es así, sucede lo que pasa hoy en las calles, caminos y viviendas de Chile. Ello es más patente aún, cuando la policía se enfrenta a bandas de narcotraficantes como las que asolan nuestros campos y ciudades.

Respecto a la gradualidad, el proyecto establecía cinco reglas para las policías. La última de ellas permitía el uso de armas letales bajo este criterio de gradualidad, lo que es absurdo, pues no se condice con la situación que enfrenta un policía que está ante un posible agresor y debe decidir rápido.

La primera de esas reglas, denominada Presencia, definía una “etapa de vigilancia pasiva, con presencia física del personal, el porte de dispositivos, armamento y uso de vehículos institucionales, para identificar situaciones que alteren el orden público y la seguridad pública interior o cualquier hecho que pueda configurar ilícitos». Algo más parecido al tiro al pato que a una Regla del Uso de la Fuerza.

La segunda regla, Actuación mediante técnicas de comunicación, comprendía “el uso de medios de persuasión verbal, que incluyen diversos medios de comunicación tales como el diálogo, mediación, negociación y reducción de la tensión con las personas involucradas». ¿Ve usted esa posibilidad frente a una barra brava del fútbol, o comerciantes ambulantes ilegales en Meiggs o en una estación del Metro?

La tercera regla, Reducción física de la movilidad, prescribía “el uso de la fuerza para el control físico, reducción del transgresor, para doblegar su resistencia, inmovilizarlo, esposarlo o aplicar otro medio de inmovilización. Una vez que la persona ha sido reducida e inmovilizada y no opone resistencia, se prohíbe ejercer fuerza en su contra». ¿Cree usted que con esta delicadeza se va a reducir a alguien?

La cuarta regla es Fuerza menos letal, que es “el uso de la fuerza física o de armamento menos letal (…) debe evitarse apuntar y disparar armamento directamente al rostro, a la cabeza o al torso por sobre la parte baja del abdomen de cualquier persona». Me pregunto: ¿Cuántos carabineros vivos quedan a esa altura?

Y llegamos por fin a la quinta regla: Fuerza potencialmente letal, definida como “uso de la fuerza física, de armamento menos letal o letal que procede en los casos en que exista amenaza o agresión actual o inminente contra la vida del personal, o de terceros o peligro de que sufran afectaciones de consideración a la integridad física».

¿Cree usted, que los policías con estas reglas pueden defender eficazmente a alguien? ¿Se imagina a los carabineros, defendidos por abogados pagados por ellos mismos, intentando demostrar en un tribunal, frente a una Fiscalía, la que cuenta con muchos recursos y que, en ocasiones los persigue agresivamente por razones ideológicas, auxiliada por varios entes públicos, cuando intentan reducir a los delincuentes y proteger a los ciudadanos? Esta barbaridad es lo que ha hecho este gobierno con la tramitación de las RUF.

Como bien lo dijo Magdalena Merbilháa en estas mismas páginas: “Se busca, sin duda, habilitar y perpetuar el camino de la persecución penal constante, para así evitar el actuar de las fuerzas de orden y seguridad frente a grupos violentos». Ese es el objetivo de la izquierda en la discusión del proyecto de las RUF, y para lograrlo no trepidan en atar de manos a los carabineros que no pueden disparar sus armas (sin riesgo de terminar procesados) contra los delincuentes, que todos los días arrebatan los automóviles a los chilenos, los asaltan en sus casas y muchas veces les quitan la vida.

¡Pido encarecidamente a los parlamentarios de derecha y de centro que defiendan a los chilenos frente a la insensatez que nos trata de imponer la izquierda, que ahora presiona al Presidente Boric para que vete los cambios que le ha hecho el Senado al proyecto! (l Líbero)

Luis Larraín