La campaña presidencial de Jeannette Jara (PC) atraviesa días complejos por cuestionamientos internos y errores no forzados, mientras su estratega principal, Darío Quiroga, consolida su influencia en el comando oficialista. Esta semana, Quiroga recibió en la sede de la candidata al exalcalde de Valparaíso y actual postulante a diputado, Jorge Sharp, en una señal de respaldo político en medio de las tensiones.
El equipo de Jara se ha visto sacudido por diferencias públicas entre Ricardo Lagos Weber (PPD) y Bárbara Figueroa (PC), a partir de críticas del presidente comunista Lautaro Carmona al ministro de Hacienda, Mario Marcel. A esto se suman los tropiezos de la propia abanderada, como haber desconocido la inclusión de la nacionalización del cobre y del aborto libre en su programa inicial, así como su rechazo al tercer retiro de fondos previsionales, lo que generó dudas sobre la solidez del comando.
Estos yerros motivaron reproches desde el Socialismo Democrático hacia Quiroga, quien, pese a ser independiente, ha adquirido un rol central en la campaña, acompañando a Jara en giras y debates. El senador socialista Juan Luis Castro advirtió esta semana que los problemas obedecen a falencias en las áreas de estrategia y contenidos, mientras que su par Gastón Saavedra criticó la falta de una estructura organizativa coherente.
Quiroga, sin embargo, ha optado por desdramatizar las fricciones y mantener el diseño de campaña, centrado en el despliegue regional hasta el 14 de septiembre, en la profundización del programa dirigida por Camila Miranda (FA) y en proyectar a Kast como principal rival. En las reuniones de coordinación, realizadas cada lunes con figuras como Figueroa, Constanza Martínez (FA), José Toro (PPD) y Ricardo Solari (PS), se ha insistido en que las disputas internas no deben interferir con el trabajo territorial.
El ascenso de Quiroga en el entorno de Jara ha sido vertiginoso. Antiguo concejal en Calama, con militancia previa en PS y PC, consolidó lazos con la candidata a través del exconvencional Marcos Barraza y cobró notoriedad en medios y redes sociales con programas como Provócame y Ultra solo. Desde las primarias, Jara lo integró a los debates y finalmente le confió la coordinación estratégica de la campaña, rol que antes ejercía el senador Daniel Núñez.
Hoy, con el respaldo activo de Jara y la ausencia parcial de referentes como Ricardo Solari —limitado por compromisos en el extranjero—, Quiroga se ha convertido en el principal arquitecto de la campaña, pero también en blanco de las críticas por la debilidad organizativa y los errores comunicacionales que amenazan con estancar la candidatura oficialista. (NP-Perplexity La Tercera)



