En el programa de Boric se propone un alza sustancial de impuestos equivalente a 8% del PIB y la consiguiente expansión del gasto público, lo cual llevaría a que este último llegaría a más de un tercio de la economía. Es muy probable que la reforma tributaria planteada por Boric no logre recaudar lo proyectado y que al mismo tiempo se comprometan gastos permanentes que no son financiados en el mediano plazo. Ello ya ocurrió en la segunda administración Bachelet y generó un déficit y deuda fiscal creciente, con la consiguiente rebaja en el grado de inversión.
En el programa de Kast hay una rebaja de 10 puntos en el impuesto corporativo que puede tener un efecto sustancial en las decisiones de inversión, en una economía con un stock de capital cercano a US$ 600 mil millones, por lo cual el aumento de 10 puntos en la rentabilidad de todos los proyectos de inversión puede elevar sustancialmente la tasa de ahorro-inversión, con el consiguiente efecto sobre la trayectoria de crecimiento de la economía chilena. Esta inyección de dinamismo en la inversión junto con la optimización del gasto público, reduciendo ministerios y evaluando de manera permanente a las instituciones en base de presupuesto cero, genera una senda de recuperación del orden presupuestario, lo que permitiría detener el aumento de la deuda pública y revertir la baja en el grado de inversión.
Así, las trayectorias fiscales proyectables para ambos candidatos son sustancialmente distintas y ello es lo que ya están incorporando los analistas para las decisiones futuras de ahorro e inversión. (El Mercurio Cartas)
Tomás Flores



