Presupuesto 2017-Manuel Agosín

Presupuesto 2017-Manuel Agosín

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Los grandes lineamientos del presupuesto de la Nación para 2017 ya han sido anunciados. Se proyecta que el gasto público total aumentará a una tasa de 2,7% en términos reales, algo más que el PIB, pero mucho menos que en años recientes. Los gastos en inversión pública serían algo más bajos que los de este año.

Algunos economistas han aplaudido la mesura del presupuesto que ha preparado el ministro Valdés. Aunque el endeudamiento externo del Fisco es todavía modesto, la deuda externa del fisco está en aumento. Otros argumentan que este es el momento de endeudarse y de destinar esos recursos a un programa de inversión pública de gran envergadura.

¿Quién tiene razón? ¿Aquellos que apoyan al ministro Valdés y su prudencia? ¿O aquellos que lo critican y creen que se puede y debe darle un impulso a la economía en estos momentos cuando la demanda agregada está tan alicaída?

Vamos por parte. Es indudable que es un buen momento para endeudarse. Las tasas de interés internacionales están a los niveles más bajos de los que tengamos registro. Chile todavía cuenta con una calificación de riesgo envidiable. Sin embargo, el problema es que el endeudamiento hay que pagarlo en moneda convertible y no en pesos. Y para ello se deberá generar en el futuro un superávit en la balanza de pagos que permita cumplir con el servicio de intereses y amortizaciones. La situación internacional está sumamente compleja y, lo que es más grave, no existe ninguna evidencia que la recuperación vaya a ocurrir en el futuro cercano. El Fondo Monetario Internacional acaba de reducir sus estimaciones de crecimiento para este año y sus proyecciones para 2017. Pesan como factores negativos la desaceleración de China y los problemas de su sector bancario,  las consecuencias del Brexit, la no resuelta crisis de la zona euro, la baja tasa de crecimiento de Japón y, probablemente más importante, las enormes presiones proteccionistas y anti globalización que están surgiendo en muchos países del mundo. Las cosas pueden ponerse muy malas.

Frente a estas incertidumbres y, en particular, a la que dice relación a la duración de la desaceleración mundial, el ministro Valdés parecería estar en lo correcto que la prudencia es la mejor opción. Consideremos, además, que el fondo soberano de Chile (FEES), cuyos recursos fueron importantes para enfrentar la recesión de 2009, está en niveles mucho más bajos hoy en día. En 2008 llegó a contar con unos US$20 mil millones, mientras que hoy por hoy está por debajo de los US$15 mil millones. Entonces, he aquí una propuesta: endeudarse internacionalmente a las tasas históricamente bajas para recomponer el FEES hacia los niveles que teníamos en 2008 y para financiar el déficit fiscal que va a conllevar el aumento moderado del gasto que se nos ha anunciado. Esto es importante para enfrentar un futuro incierto. Recordemos que, si es que desaparece el crédito internacional, como ya sucedió en 2009, sólo podremos recurrir a los fondos ahorrados en el extranjero o ajustarnos dolorosamente el cinturón. (La Tercera)

Manuel Agosín

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