Se equivoca el ministro Marcel cuando afirma que el sector empresarial tiene un “prejuicio” contra el actual gobierno. Un “prejuicio” es un juicio previo, sin sólidos fundamentos, basado en factores de carácter ideológico y no en hechos concretos.
Así, el problema es mucho más complejo: el juicio de la gran mayoría de los chilenos —no solo de los empresarios— sobre el Estado y quienes lo gestionan (la política) es muy negativo. Y los fundamentos son un “post juicio” formado y basado en hechos irrefutables y graves, como colegios públicos que no funcionan y niños que no aprenden; listas de espera en salud y chilenos que mueren esperando; o botar a la basura dos millones de vacunas vencidas, cuando ahora no hay suficientes para toda la población; o la increíble mala gestión tras los incendios de la Región de Valparaíso, para no citar la inseguridad que hoy nos abruma y que es una responsabilidad ineludible del Estado.
La verdad indesmentible es que hoy casi todo lo que hace el Estado lo hace mal, a altos costos y con malos resultados. Y esto no cambiará mientras los chilenos sigan votando por soluciones con más Estado y por personas sin las competencias mínimas para gestionar problemas complejos. (El Mercurio Cartas)
Julio Dittborn C.



