Por qué no comunista: carta a mi nieto-Ernesto Tironi

Por qué no comunista: carta a mi nieto-Ernesto Tironi

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Querido nieto,

Me emociona pensar que has cumplido 18 años y vas a votar por primera vez en una elección para Presidente. Esto es un gran privilegio. Es un logro de la humanidad entera a través de siglos. Comenzó con los griegos hace 2.500 años. Llegar a lo que hacemos hoy para decidir en esta materia, fue algo construido por millares de personas, a través de siglos, con sacrificios, ensayos y errores. Por eso celebro que lo tomes en serio y vayas a votar en plena consciencia con mucha responsabilidad.

Seguramente te has informado un tanto sobre quiénes van de candidatos y qué proponen. Si tienes dudas no temas preguntar a quienes te inspiran más confianza. Resérvate, además, un tiempo para observar y evaluar bien lo que plantea cada candidato para formarte tu propia opinión. No te dejes guiar sólo por lo que dicen los demás, ni las imágenes más elocuentes o ingeniosas de las redes sociales. Estudia seriamente la historia de las ideas y los actos en que se inspiran los candidatos.

Como has visto, entre los ellos va una militante del Partido Comunista (PC): Jeannette Jara. A ti probablemente esto no te significa nada especial. Es lógico por la época en que te ha tocado vivir. Pero se necesita considerar también la historia para evaluar mejor qué significado y consecuencias puede tener un partido comunista presidiendo un gobierno.

El PC tiene una larga historia en el mundo y en Chile. Esa historia tiene luces y muchas sombras; no es nada de trivial. Como debes saber, el Partido Comunista surge inicialmente de un filósofo alemán llamado Karl Marx a mediados del siglo 19, quien postuló que la sociedad humana evoluciona a partir del conflicto y enfrentamiento entre clases sociales. Si en esa lucha, los trabajadores acumulan suficiente fuerza social y política en determinado país, entonces conquistarán el gobierno de esa nación. Decían, y algunos todavía dicen, que lo hacen para establecer una sociedad sin clases, con justicia social, que termine las desigualdades y logre un progreso continuo y acelerado. Y creen simplistamente que pueden lograrlo estatizando casi todo.

 Algunos de aquellos nobles propósitos hicieron que muchos apoyaran a los partidos comunistas, especialmente hacia la mitad del siglo 20. Tú por eso debes estar considerando votar por una candidata de ese partido. El problema es que, en la práctica concreta, los comunistas no han logrado lo ofrecido en los países en que se han establecido. Y, peor aún, han traído otros males mucho mayores: dictaduras vergonzosas para la humanidad entera. A partir de su creencia en la lucha de clases y su mesianismo, en todos los países en que han gobernado suprimieron las elecciones libres y han usado la violencia para ganar el poder y conservarlo.

En 1917, como 70 años después de publicado el libro de Marx, se aplicó por primera vez esa doctrina en un país concreto. Fue en Rusia mediante una revolución violenta encabezada por un señor de apellido Lenin que también es venerado por el PC. Trajo millones de muertos.

No ocurrió todo lo bueno que prometieron los comunistas en Rusia, y por eso al final los ciudadanos se desilusionaron y lograron expulsarlos del gobierno. Lo mismo ocurrió en otros países en que llegaron a gobernar, como Polonia, Hungría, Yugoslavia y Checoslovaquia y otros.

En casi todos los países, los comunistas llegaron al poder con revoluciones violentas, engaños y aprovechamiento de buenas intenciones de personas como tú que querían libertad y mayor igualdad. El PC siguió siempre libretos muy parecidos, formando al principio coaliciones con otros partidos, con movimientos sociales y fuerzas nacionalistas. Basta que revises Wikipedia para conocer cómo cayeron en el comunismo los países de Europa del Este después de la Segunda Guerra. Se decían “democráticos”, pero en cuanto llegaron al poder encarcelaron a los aliados independientes y mandaron asesinar a los opositores más fuertes. Stalin hizo matar nada menos que a Trotsky -compañero de Lenin- en México (lee el libro de Padura). Hicieron lo mismo en Vietnam, Corea del Norte, y también en Cuba. Cuando el Comandante del Ejército Rebelde Huber Matos renunció acusando a Fidel Castro que era comunista, fue encarcelado 20 años y destruido. Llegando al poder cerraron las radios, TV y periódicos independientes para pasarlos a control estatal y liquidar a sus opositores. Una vez que llegaron al gobierno, y a pesar de ser un partido de minoría, los comunistas suspendieron las elecciones libres de presidente y parlamento. Conoces la historia de Fidel Castro en Cuba: 50 años como dictador absoluto. Mucho más que Pinochet. Y pasó el poder de Fidel a su hermano Raúl por otros diez años. Esto se repitió en muchas partes. Se aprovecharon del deseo de justicia y el espíritu revolucionario de los jóvenes para llegar al poder. Los usaron para ganar y no perder más sus privilegios.

El respeto de los derechos humanos en los países gobernados por el PC ha sido nulo o inexistente. Esto está muy documentado. En el caso de Stalin, sucesor de Lenin se estima que asesinó, envió a prisiones en Siberia, y al exilio, a millones de soviéticos y ucranianos. Lee los libros de Solzhenitsyn, premio nobel 1970, “Archipiélago Gulag” y “Un día en la vida de Ivan Denisovich”.

En Chile también hemos enfrentado el miedo de ser gobernados por el Partido Comunista con todas las nefastas consecuencias que sabemos que tiene por las experiencias relatadas. El espacio no me permite explicarte cómo eso estuvo a punto de ocurrir durante el Gobierno de la UP entre 1970 y 73. En parte nos salvamos, porque los comunistas no son tan solidarios como nos intentan hacer creer. Por eso, cuando el Presidente Allende decidió viajar a Moscú para pedir ayuda ante crisis económica terminal que vivía Chile, los “hermanos mayores” comunistas lo devolvieron con las manos vacías. Lee, por favor, el último libro de Mansuy sobre Allende y la UP.

Aunque esta carta se alargue mucho, debo contarte algo más sobre el Partido Comunista en Chile que debes saber. Si bien ha tenido algunos distinguidos y honorables dirigentes, y contribuido a generar una mayor justicia social en el país, este partido ha sido fiel seguidor y defensor de su ideología totalitaria internacional y apoyó siempre las dictaduras comunistas en Rusia, Cuba y muchos países. Por eso no creo lógico esperar que en Chile no instauren su dictadura de izquierda si llegan al gobierno y se le dan las condiciones suficientes. Así lo han hecho siempre a lo largo de la historia en todos los países en que han podido. ¿Por qué tendría que ser una excepción aquí? Y si necesitan y pueden usar la violencia para instaurar su “dictadura del proletariado”, lo harán. Lo intentaron hace tan poco como durante el llamado “Estallido social” de octubre de 2019. Ni siquiera firmaron el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución de noviembre de ese año. Pero no por esto se justifica tampoco encarcelar o mandar matar personas por el mero hecho de ser comunistas. Deben impedirse y castigarse actos y no personas por pensar distinto u opuesto a nosotros.

Estuvieron dispuestos y de hecho usaron también la violencia para terminar la dictadura de Pinochet. Eso hizo más daño que bien; retrasó y dificultó poner fin a esa dictadura. Por eso el Partido Comunista no formó parte de la “Concertación de partidos por la Democracia” que derrotó la dictadura chilena, restableció las elecciones libres sin violencia y condujo el más largo período de progreso social, justicia y desarrollo económico en los dos siglos de historia de Chile.

Me tocó vivir la dictadura chilena y destiné los mejores años de mi vida a recuperar la democracia y una convivencia social justa y en paz. No quiero volver a otro período de infantilismo revolucionario como la UP que termine en otra dictadura, cualquiera sea su signo. Cuando tenía tu edad fui más ingenuo. También me cargaban los anticomunistas militantes, que consideraban que todos ellos eran unos malvados e intentaron exterminarlos. No son malvados en sí; tampoco la señora Jara que merece nuestro profundo respeto. Pero están muy equivocados al creer que con su ideología tan arcaica lo harán mejor gobernando nuestro país. No; con sus creencias y modo de ver el mundo nos llevarán a otra dictadura, pero ahora “distinta” porque será regida por ellos. Tienen una mentalidad fanática y ven todo bajo el colorido de su anteojera ideológica de la lucha de clases. Eso nos llevará otra vez a la violencia que ya conocimos. No quiero repetirme el plato.

Pero gracias al aporte y sacrificio de muchos antecesores tuyos y míos, vivimos hoy en democracia y eres libre de votar por quien quieres. No votes a la ligera ni siquiera basado en los antecedentes que te he planteado aquí. Insisto; fórmate tu propia opinión. Lee los textos que te he sugerido y otros. Votando bien informados contribuimos a conservar y amar nuestra democracia. (El Líbero)

Ernesto Tironi