Quieren llegar a las mil firmas y esta mañana estaban arañando las trescientas. La versión original que divulgaron ayer contaba con 231 y ni una sola de ellas era de los jefes máximos del Partido Socialista, Demócrata Cristiano, Por la Democracia ni Radical. Ni Álvaro Elizalde, ni Heraldo Muñoz, ni Fuad Chahin ni Carlos Maldonado están en la nómina que cierra “Es tiempo de un acuerdo nacional”, el texto que se venía coordinando hace varios días entre ex ministros, ex subsecretarios, ex congresistas, líderes históricos, dirigentes, otrora operadores, abogados y otras personas de la órbita de la exConcertación. El grupo ya ha producido otras cartas antes, pero ésta parece desordenar a la oposición en su regreso al año político por dos razones (entre otras): la distancia que marca con algunos presidentes de partido -especialmente el socialista- y el ruido adicional que introduce a la pretensión del gobierno de rubricar un “gran acuerdo” con sus adversarios.
En este último apartado hay que tener en cuenta que La Moneda, con ese 6% que le recuerdan cada tanto desde que lo enmarcara la CEP, está empeñada en tejer redes con sus adversarios y otros sectores. Han intentado no perder contacto durante el verano. Y -ya se verá en qué se traduce- los ministros Gonzalo Blumel (Interior) e Ignacio Briones (Hacienda) ya se han reunido en persona con jefes de partido como el PPD Muñoz. La bilateral con el número dos de La Moneda fue anteayer lunes, en Palacio.
Para más condimento, para hoy los partidos de la ex Concertación lanzaban hoy la campaña por el “Apruebo” una nueva Constitución y este asunto les obligó a hacerse cargo. Vamos por parte. En el PS su presidente Elizalde lo dejó más o menos claro al comentar educadamente que “no voy a criticar la carta porque todas las iniciativas deben ser valoradas». A él no lo invitaron ni tampoco le avisaron formalmente (la carta la firmaron 231 personas en su versión original). Hay un recelo mutuo entre el grupo firmante y el senador por El Maule ahí que en parte explica que haya quedado out de esta vuelta.
El caso de Chahin es distinto. Él -dicen en la mesa- sabía de este texto porque le habían avisado y no tiene problemas ni tampoco se siente pasado a llevar ni nada. Pero duda del impacto que tenga porque, aunque siga con línea directa con La Moneda, dice que «tenemos un gobierno que no quiere gobernar, no quiere hacerse cargo de los temas, eludir su responsabilidad y trata de endosárselas a otros”.
¿Heraldo? Algunos de los productores de este texto que sigue reclutando adherentes dicen que sí lo habría firmado si no fuera presidente de partido. Dicen que comparte su tenor y que además sí aparece en la nómina de rúbrica la exministra Adriana Delpiano, cercana suya e integrante del directorio de TVN.
De estos tres casos, el complicado es el socialista. Al senador Carlos Montes parece que tampoco le gustó la carta porque en la misma actividad en que esta mañana estuvo Elizalde dijo: “Esta es la segunda carta sobre lo mismo, esta es un poco mejor que la anterior, pero creo que es bueno que expliquen lo que quieren. ¿Qué quieren? ¿En qué están? Porque hoy día, como decía Álvaro, tenemos que juntar fuerzas por el Apruebo y por la Convención Constitucional”.
Los problemas son dos. A la mesa PS le desagradan señales que parezcan empujarlos a una suerte de acuerdo con La Moneda y eso Elizalde lo reiteró hoy: «¿Desde cuándo el Gobierno ha necesitado un acuerdo nacional para hacer su pega? Si hay quienes cometen delitos, entonces que haga el Gobierno su trabajo y vele por el orden público pero no que busque falsas excusas para no asumir que ha sido sobrepasado por su ineptitud y su incapacidad para gobernar como claramente lo señalan la mayoría de los chilenos”.
Solo en ese punto coincide -como pocas veces- con el líder DC. Chahin explicaba esta mañana a La Tercera PM que “tenemos disposición, pero queremos tener claras las condiciones porque el gobierno lo que hace son jugarretas. El martes, después del estallido social nos fuimos a reunir con el Presidente y no sirvió para nada porque él no tenía ninguna conciencia ni de la naturaleza ni de la profundidad de la crisis. Fuimos a perder el tiempo con un gobierno que no quería escuchar y lo que quería era simplemente una puesta en escena. Para eso no estamos”.
El otro problema es que entre algunos de los firmantes y Elizalde no hay confianzas. Entre los primeros se comentaba esta mañana que decidieron ex profeso no convocarlo porque “no hay sintonía y nada bueno puede salir de eso, pero no es una maquinación contra él”. En ese grupo se le cobra todavía al senador una millonaria factura impaga por el “sacrificio” de Ricardo Lagos y por haber preferido a Alejandro Guillier para las presidenciales, proceso en el que también quedó en el camino Insulza (otro que firmó la misiva).
“Ellos conspiraron contra Lagos. No habríamos ganado con Lagos pero no estaríamos en esta situación”, agregan. En la nómina están también su ex jefe de gabinete, Matías de la Fuente, y harto laguista devoto y no tan devoto, pero no el exPresidente porque a él no le gusta andar firmando cartas, dice un cercano suyo.
Otro’ pero’ es que algunos PS de la vieja guardia le critican a Elizalde “lo que no ha hecho: tener una señal clara de condena reiterada a la violencia y que no haya una postura oficial del partido”. En la mesa y entre los cercanos al aludido retrucan que él cree que los firmantes “le están haciendo el juego al gobierno” y hasta que vería en esto una operación de Blumel.
De cualquier modo, los firmantes insisten en que no buscan ningún acuerdo con el gobierno, y que no se han reunido ni con Blumel ni con nadie de La Moneda.
“Que yo sepa, de las personas que han estado en el origen de este llamado, no ha habido ningún contacto”, asegura José Antonio Viera-Gallo, exministro y exsenador PS. Insulza, su partner de décadas, dice que tampoco ha habido conciliábulos con Palacio. Y asegura que “la carta ya estaba lista cuando el Presidente habló sobre un eventual acuerdo, y no se le agregó nada después de eso. El interlocutor no es el gobierno y no fue concebida así en ningún caso”.
El Pánzer insiste en que esto no es ninguna antesala de ningún acuerdo porque «el gobierno no está en condiciones de encabezar nada. Acá tienen que participar las fuerzas sociales también». (Chahin también cree eso y que además debería haber un ente «garante» como mínimo). (La Tercera)