Polarización en pausa: ¿cambio de ciclo?

Polarización en pausa: ¿cambio de ciclo?

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La polarización política y social en Chile ha dejado de ser una mera discrepancia ideológica para convertirse en una brecha emocional entre quienes piensan distinto. Este fenómeno no solo paraliza el diálogo político, sino que fractura relaciones personales, laborales e incluso familiares, debilitando el tejido social.

Por eso, las recientes señales de moderación expresadas en las urnas son una bocanada de aire fresco. Las elecciones de alcaldes y gobernadores, tanto en primera como en segunda vuelta, sorprendieron con triunfos de candidatos menos extremos de lo esperado. Lo mismo refleja el Segundo Estudio Nacional de Polarizaciones, realizado por la Corporación 3xi y Criteria, que muestra una ciudadanía menos polarizada y más dispuesta a dialogar en comparación con 2023.

Aunque es pronto para hablar de un cambio de ciclo, algo parece moverse en la dirección correcta. Sin embargo, con las elecciones presidenciales y parlamentarias en el horizonte, ¿logrará este ánimo moderador sobrevivir al clima tóxico de las campañas? ¿Resistirá la ciudadanía la tentación polarizadora exacerbada por las malas prácticas de la clase política?

Hoy tenemos una oportunidad única. La ciudadanía está mostrando un creciente rechazo a la confrontación sin sentido y una mayor inclinación hacia propuestas constructivas. La estrategia de convertir al adversario en enemigo, la disrupción sin propuestas y la violencia verbal parecen perder efectividad electoral. En cambio, se premian el diálogo, la transversalidad y la buena gestión. Este giro no solo es un llamado de atención para los políticos, sino también una invitación a cambiar el tono de las futuras campañas.

Al mismo tiempo, esta moderación nos recuerda que se requieren reformas estructurales en el sistema político para que este mejor clima perdure. Una señal positiva en esta línea es la propuesta presentada esta semana por un grupo transversal de parlamentarios para reducir la fragmentación política. Este avance es significativo, pero requiere medidas adicionales, como la prohibición de pactos electorales, para consolidar partidos más robustos y poner los incentivos en el diálogo y los acuerdos, por sobre la polarización.

Pero el problema no se resuelve solo con buenas intenciones. Esto debe traducirse en resultados concretos porque de lo contrario este positivo aire de moderación se diluirá, reforzando la desconfianza hacia la política y perpetuando el ciclo de aislamiento tribal.

En un contexto global marcado por la polarización, las recientes elecciones y el segundo estudio de polarización en Chile realizado por la Corporación 3xi junto a Criteria ofrecen una ventana de oportunidad. Sin embargo, esta calma relativa podría ser solo una pausa antes de un nuevo ciclo polarizador si no actuamos rápido. Partamos por lo esencial, les duela a quienes les duela: reformar el sistema electoral desincentivando la proliferación de las ya más de 25 “pymes políticas” que el sistema actual ha permitido florecer.

Cristián Valdivieso

Director de Criteria