El anuncio hecho por la NASA en febrero, relativo a un sistema de siete planetas similares a la Tierra orbitando alrededor de una estrella enana ultrafría, generó interés alrededor del mundo.
Y ahora un modelo computacional generado por expertos concluye cuál de ellos es el más habitable. El modelo, presentado en un estudio liderado por Chuanfei Dong de la Princeton University, busca suplir los estudios relativos a la atmósfera de estos planetas, que no se podrán hacer hasta la puesta en marcha de proyectos de observación avanzada, como el telescopio espacial James Webb que despegaría el próximo año.
Ubicada a 39 años luz de la Tierra, la estrella TRAPPIST-1 es el centro de un sistema planetario donde todos los planetas tienen tamaños similares a la Tierra, pero sólo tres están en la zona habitable (TRAPPIST-1e, 1f y 1g).
Así, el trabajo -enviado esta semana a una revista científica y recogido por The Guardian- estima la intensidad del viento estelar y los efectos que tendría en los planetas, y en particular en la posible existencia de una atmósfera, un ingrediente clave para el surgimiento de la vida, debido a la protección que entrega ante la radiación del espacio.
«Vemos que la tasa de escape declina a medida que se avanza hacia afuera, desde TRAPPIST-1b hasta TRAPPIST-1h. Por lo tanto, tomado colectivamente, esto podría sugerir que TRAPPIST-1h debería ser el planeta más ‘habitable’ entre ellos, visto desde una perspectiva de pérdida atmosférica», escriben los autores.
«Sin embargo, debe tomarse en cuenta que la presencia de agua líquida en la superficie es un requisito para la habitabilidad, y no se espera que TRAPPIST-1h sea convencionalmente habitable (debido a que se estima que sería un mundo de hielo). Así, parece probable que TRAPPIST-1g represente la mejor opción de un planeta habitable en este sistema planetario», concluyen.
Las estimaciones indican que el viento estelar de TRAPPIST-1 es mucho más fuerte y denso que el que sale desde nuestro Sol.
Por ejemplo, detalla The Guardian, TRAPPIST-1b recibe un viento estelas entre mil y 10 mil veces más fuertes que el que recibe la Tierra. Por esto, los planetas más cercanos a la estrella tendrían descartada la existencia de una atmósfera.
Expertos aseguran que si bien los resultados del modelo son positivos, son solo una estimación que puede ser confirmada o desmentida cuando se puedan hacer observaciones de la zona.
«El trabajo es bastante optimista en relación a que los planetas podrían retener una atmósfera», comentó Amaury Triaud, investigador de la Cambridge University. «Nos prepara para lo que podríamos ver o no. Quizás encontraremos atmósferas que son más densas para los planetas más lejanos».
Los mismos autores del trabajo reconocen las limitaciones de su modelo. «Primero, la mayoría de los parámetros planetarios y estelares son parcialmente o totalmente desconocidos, ya que las observaciones apropiadas actualmente no existen», escriben.
«La presencia de una atmósfera más masiva, una composición atmosférica distinta o un campo magnético planetario probablemente alterarán la pérdida atmosférica en cierto grado». (Emol)