Desde esta primavera, los pingüinos Papúa que suelen caminar por la helada y rocosa playa de Bahía Fildes, en la isla Rey Jorge, Territorio Chileno Antártico, tendrán más compañía humana de la habitual.
Esto, ya que trabajadores pondrán en marcha las faenas de dos infraestructuras que mejorarán los principales accesos de Chile al Continente Blanco.
Con una inversión de casi $50 mil millones, el Ministerio de Obras Públicas adjudicó dos contratos: un muelle en Bahía Fildes -el primero del país en la Antártica- y la renovación de la pista del aeródromo Teniente Mash, inaugurada en 1980, pero deteriorada por el rigor del congelamiento y la presencia de baches y de abundante material suelto.
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