A diferencia del 17 de diciembre cuando acudió al centro de operaciones del comando de Sebastián Piñera para celebrar su victoria en segunda vuelta, esta vez el ex presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, no acompañó al mandatario electo en la presentación del gabinete.
Es que su ausencia en la plantilla de primera línea fue una de las grandes sorpresas del anuncio cuando tuvo un papel protagónico en el comando.
Si bien no era un secreto que el Presidente electo, Sebastián Piñera, tenía un solo cargo para tres macroeconomistas de primer nivel, logró sortear con relativo éxito este puzzle al nombrar a Juan Andrés Fontaine como ministro de Obras Públicas y a Felipe Larraín como titular de Hacienda, dejando un solo damnificado.
Es cierto también que incluso dentro del mismo comando se pensaba que el cargo de Hacienda sería esta vez para Vergara y se especulaban distintos cargos para Larraín.
A primera vista pareciera que Piñera optó por lo “conocido”, por tener al frente a una persona con la que ya ha manejado en la misma posición, que sabe asentir o disentir en los términos en que al nuevo Presidente le acomoda. Pragmático como es, señalan conocedores de su estilo, optó por alguien “con quien jugar de memoria” que dilapidar tiempo en consolidar relaciones de trabajo.
Los comentarios aluden que Vergara realizaba declaraciones demasiado técnicas, sin sesgo político, lo que al interior del comando era considerado como condición vital de un ministro de Hacienda, y que en antonomasia, Larraín se movía “como pez en el agua” tras cuatro años en ese cargo.
NEGATIVA A OTROS CARGOS
Se señala también que el estilo más parco de Vergara le habría jugado en contra, no obstante, fuentes del comando sostienen que sus apariciones eran muy bien evaluadas por el Presidente electo tanto que le planteó la posibilidad de acompañarlo en otro cargo de primera línea. Pero admiten que desde el comienzo se sabía que el ex Central estaría disponible sólo para el cargo en Hacienda y no para encabezar otro tipo de organismos. Y así se lo habría hecho saber al propio Presidente, quien lo convocó a formar parte del gabinete en otro cargo “más político”, explicándole las razones de por qué preferiría a Larraín en Hacienda. “Piñera respeta mucho a Vergara, así que no descarto que haya hablado con él” señalan altas fuentes legislativas.
La razón del ex banquero para declinar un cargo público distinto a Hacienda, de acuerdo a conocedores de estas conversaciones, era que cualquier otra nominación implicaba un desperfilamiento de su rol más técnico que deseaba mantener tras ser presidente del Central.
Asimismo, se recuerda que Vergara -a diferencia de las caras que por segunda vez seguirán en el gabinete- es que llevaba sólo un año de distanciarse del sector público tras siete años en el instituto emisor. Por lo mismo, comentan fuentes cercanos, no era fácil para él retornar al servicio público que implica demasiada dedicación, 24-7 como le gusta a Piñera, cuando ya se estaba rearmando en el sector privado con la llegada como director en dos nuevas empresas: Besalco y Moneda y en su rol de investigador en el Centro de Estudios Públicos.
Si bien Vergara no asistió ayer a la presentación del gabinete, se descarta que la relación con Piñera haya quedado deteriorada, pues quienes conocieron de la conversación, aseguran que aparte de un largo diálogo donde cada cual entregó sus razones para ofrecer el cargo y para declinarlo, la despedida fue muy cordial. “El Presidente entendió sus razones, y está consciente de que Vergara seguirá aportando desde otra vereda”, acotan.
Así y todo, fuentes del sector no descartan que luego que el Presidente Piñera decidiera ofrecer el Ministerio de OO.PP. a Juan Andrés Fontaine, quien era uno de los más firmes candidatos de la centroderecha a ocupar el puesto de nuevo consejero del Banco Central que debe decidirse en los próximos días, se abre una puerta amplia para que Vergara retorne al instituto emisor.
En efecto, las largas negociaciones tras bambalinas para nominar al próximo consejero del Banco Central estaría potencialmente perjudicando la labor del ente emisor, razón por la que se requiere tener un Consejo completo.
Fuentes del mercado señalan que hoy se ve un Consejo bastante polarizado, con dos consejeros inclinados por bajar la tasa y, por otro lado, dos miembros que no ven necesidad de mayor estímulo, empate que hace imprescindible el nombramiento del quinto consejero, para tener en el debate las cinco posiciones. Las fuentes esperan que antes del 31 de enero haya una definición, porque es positivo para la política monetaria y para dar mayor sustento a los mensajes de las reuniones.
Asimismo, destacan «trabas políticas» en este nombramiento, pues, deberían primar factores técnicos dado el reconocido prestigio a nivel global del Central chileno. (Pulso-La Tercera-NP)
