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Morales reitera que no renunciará a la presidencia tras 17 días de protestas

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El presidente boliviano Evo Morales aseguró el viernes que no renunciará luego de que un líder opositor lo presionó para que reciba una carta en la que se exige su dimisión tras 17 días de protestas que ha dejado tres muertos.

“No voy a renunciar… Convoco a todos los movimientos sociales a defender nuestro proceso de cambio”, dijo el gobernante en un acto público.

“No nos vamos a mover hasta que nos reciba el propio presidente… La carta es el sentimiento de todos”, exigió Fernando Camacho, líder del Comité Cívico Pro Santa Cruz en conferencia de prensa.

En medio de una marcha que pedía la renuncia de Morales, un grupo se diferenciaba con globos blancos, banderas, cánticos y bailes reclamando al gobierno y a la oposición pacificar al país y dar garantías al sector del turismo, que ha tenido millonarias pérdidas.

“Nosotros pedimos paz, no tenemos una posición a favor o en contra, pedimos que ambos sectores nos oigan, son 17 días que nos dejan aproximadamente una pérdida de cinco millones de dólares por día”, dijo Sergio Rengel, dirigente del sector a The Associated Press.

Las protestas más fuertes tienen lugar en Santa Cruz, un bastión opositor, en Potosí y en La Paz. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), han dejado tres muertos y más de 300 heridos.

La ONU condenó los hechos violentos y llamó al diálogo. Sin embargo, Morales -que lleva 14 años en el poder- aún no ha convocado a ningún sector opositor.

El conflicto comenzó después de las elecciones del 20 de octubre de las que Morales se declaró ganador en medio de denuncias de presunto fraude. De acuerdo con el Tribunal Supremo Electoral Morales obtuvo una diferencia de 10,5% puntos sobre su rival, el expresidente Carlos Mesa, quien denunció un presunto fraude en el conteo de votos para favorecer al gobernante y que no vaya a una segunda vuelta.

En tanto, el gobierno convocó a la Organización de Estados Americanos (OEA) a auditar el conteo y se prevé que entre el lunes y el martes entregue su informe.

Mesa pidió el viernes la renuncia de las autoridades del Tribunal Supremo Electoral y que Morales llame al diálogo, pero sin que se levanten las movilizaciones.

MORALES DENUNCIA PREPARACIÓN DE «GOLPE DE ESTADO»

El Presidente de Bolivia, Evo Morales, denunció este viernes un golpe de Estado “en marcha” tras un motín de policías en tres ciudades, que estalló mientras la oposición exige su renuncia casi tres semanas después de su polémica reelección.

“Hermanas y hermanos, nuestra democracia está en riesgo por el golpe de Estado que han puesto en marcha grupos violentos que atentan contra el orden constitucional. Denunciamos ante la comunidad internacional este atentado contra el Estado de Derecho”, tuiteó el presidente izquierdista indígena, cuyo gobierno había descartado poco antes enviar a los militares a someter a los policías amotinados.

Más temprano, la Cancillería boliviana publicó un comunicado, fechado el 7 de noviembre, denunciando la situación.

Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores de Bolivia informaron que el comunicado fue emitido el jueves, pero que no se pudo publicar hasta ahora por “dificultades técnicas” en su web.

El comunicado se difundió tras los motines policiales en varias partes del país, una sublevación que el mando policial minimizó y ante la que el Gobierno aseguró que no tiene previsto movilizar a las Fuerzas Armadas.

El Ejecutivo de Evo Morales denuncia este intento de golpe de Estado desde que tras las elecciones del pasado 20 de octubre la oposición anunció fraude en el recuento que le dio la victoria, exigiendo su renuncia y la convocatoria de nuevos comicios.

La nota advierte de que los opositores “impulsan un plan de golpe de Estado con la toma de la Casa Grande del Pueblo”, la sede del Gobierno boliviano en La Paz.

El texto culpa expresamente a Luis Fernando Camacho, líder del comité cívico de la región oriental de Santa Cruz, y al expresidente Carlos Mesa (2003-2005), de la alianza opositora Comunidad Ciudadana, de estar detrás de este intento.

El Gobierno de Morales les atribuye la “confusión generada” en el país por sus denuncias de fraude electoral “aún sin presentar pruebas” y sin esperar a la auditoría que realiza la Organización de Estados Americanos (OEA), que asegura el Ejecutivo que se prevé que termine el próximo día 13.

“Las denuncias de fraude solo fueron argumentos para generar caos y enfrentamiento entre bolivianos, con el objetivo de derrocar al Gobierno constitucional”, añade.

El Ejecutivo reprocha a los opositores la violencia en el país y expresa su confianza en “el rol de la comunidad internacional para coadyuvar en la preservación del orden constitucional en el país”.

Grupos de ciudadanos se concentran frente a comisarías y cuarteles militares en varias partes de Bolivia, para pedir a los uniformados que estén al lado del pueblo, con la quema de fotos de Evo Morales en algunas concentraciones.

Esta situación se produce en medio de la crisis política y social que atraviesa Bolivia desde las elecciones.

Morales ha llamado en los últimos días a sus seguidores a defender el triunfo que le dio el órgano electoral, advirtiendo del intento de golpe de Estado, una denuncia recurrente desde que gobierna cuando surgen situaciones críticas a su gestión.

Al menos tres personas murieron en enfrentamientos entre afines y contrarios al presidente en disturbios desde el día después de los comicios, en los que hubo 383 heridos según la Defensoría del Pueblo de Bolivia.

La Tercera Agencias

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