Genera dudas la creación de un Ministerio de Seguridad para diseñar estrategias y planes. Nada de acciones. ¿Servirá o será solo para que gobierno y parlamentarios parezcan estar actuando? ¿Cómo este ministerio daría más seguridad si temas clave para lograrlo seguirán en otras reparticiones? El control de la inmigración seguiría en Interior. Jueces, cárceles y fiscales seguirían en manos de Justicia y la persecución del delito no sé a quién reportaría.
¿Es prudente distraer al Estado en una reorganización? ¿Necesitamos 25 ministerios, más que la OCDE? ¿Cómo confiar el nombramiento de los funcionarios del nuevo ministerio a quienes azuzaron la violencia? ¿Necesitamos un nuevo feudo estatal o actuar con inteligencia y decisión?
Se podría entender que el Gobierno busque un golpe de efecto. Se aprecia la cara de alivio de la ministra Tohá viendo que puede librarse del tema delincuencia, pero sugiero que la oposición explique su votación. (El Mercurio Cartas)
Bernardo Fontaine
