La política arancelaria de Trump, de marcado carácter proteccionista y populista, está generando desajustes económicos globales. No parece ser solo un arrebato del presidente estadounidense, sino el inicio de un nuevo orden mundial. La guerra comercial ha comenzado con intensidad y Chile debe buscar soluciones urgentes.
Este lunes 7 de abril, el cierre del mercado asiático resultó alarmante. Las principales bolsas se desplomaron ante los anuncios y acciones de Trump. Shanghái cayó un 6,27% y el Nikkei japonés se desplomó un 6,4%. Desde Oceanía, las noticias tampoco fueron alentadoras, con un descenso del 6,4%. El panorama en los commodities fue aún más preocupante: el precio del petróleo cayó por debajo de los 60 dólares por primera vez desde 2021, mientras los futuros del cobre retrocedieron un 8%.
Los principales índices estadounidenses —Dow Jones, Nasdaq y S&P— también experimentaron retrocesos que se suman a las fuertes caídas del viernes 4 de abril, aunque más moderados que en el resto del mundo. El IPSA chileno, al igual que los mercados europeos, registró un descenso del orden del 3%.
Estos datos pueden parecer fríos y alejados de la realidad cotidiana, pero cada uno representa una señal de alerta para el país. Quienes pagan las consecuencias de la incertidumbre y de decisiones políticas impulsivas son las empresas, la clase media y, especialmente, los más vulnerables.
Como mencionamos al inicio, esto es resultado de un nuevo orden mundial cuya duración e impacto aún desconocemos. Cada país deberá diseñar su estrategia y encontrar soluciones viables. El desafío es enorme, y Chile no puede volver a improvisar con declaraciones grandilocuentes ni dejar el futuro de la nación en manos de aprendices.
Chile tendrá que elegir a los mejores para enfrentar este desafío, decisión que recaerá en los ciudadanos. Para ello, será necesario mirar más allá de los líderes de encuestas y evaluar sus equipos, identificando a quienes están mejor capacitados para afrontar un escenario internacional cambiante y una realidad social compleja, marcada por la inseguridad, el estancamiento económico, el deterioro fiscal y la deficiente gestión de derechos sociales fundamentales como la salud y la educación.
Solo un gobierno liderado por los más capaces podrá levantar al país y navegar eficazmente en este complejo escenario mundial. Hoy, más que nunca, debemos ser responsables con nuestro voto y comprender que lo que está en juego es el retorno al camino del éxito o un estancamiento prolongado en la mediocridad, la inseguridad y la falta de oportunidades.
Ni los extremistas, ni quienes se aferran al status quo, ni los populistas podrán levantar a Chile. Solo podrá hacerlo un equipo conformado por los mejores profesionales, liderado con la fuerza de la experiencia y una genuina pasión por el país. (La Tercera)
Sebastián Torrealba



