La semana que terminó, aparentemente, fue una en donde el Gobierno habría obtenido una gran victoria, debido al fallo del Tribunal Constitucional por la consulta relacionada a los indultos, lo cual fue requerido por un número importante de senadores.
El Tribunal Constitucional resolvió que la decisión del Presidente de la República de indultar estaba perfectamente ajustada a la Constitución y a las leyes. Creo que es pertinente hacer la pregunta si es que este debate se ha cerrado o no.
En primer lugar, la votación en favor de los indultos indica que La Moneda habría obtenido el beneplácito del mencionado tribunal en un fallo garantizado por un número importante de personas cercanas al Presidente de la República. Esto quiere decir que la votación fue legítima y le dio la mayoría a Boric. Lo que debe preguntarse el Gobierno es si este fallo ayudará a mejorar la perspectiva de la ciudadanía que, a estas alturas, sencillamente se encuentra atemorizada con los niveles de violencia.
Esto significa que Boric optó entre una votación partisana y un conjunto de medidas que mejorarían la estabilidad política del país la que, cada día, está siendo cuestionada con más fuerza.
Sin embargo, la ciudadanía sabe que un número no menor de delincuentes previamente condenados estaban obteniendo un perdón que, de acuerdo a los hechos cometidos, no lo merecían. Más bien, sabemos que estos indultos están ligados a promesas de campaña que permitieron que el actual Presidente resultara vencedor en el último concurso electoral.
Fue el mismo Boric quien nominó a alguno de ellos y, particularmente, a la presidente del TC, Nancy Yáñez. Es decir, se trató de una votación con claro sesgo político, la que si bien, no invalida el resultado, levanta una serie de conjeturas políticas respecto a las consecuencias que tienen los indultos en un escenario marcado por la violencia, la delincuencia y el terrorismo.
Este procedimiento de dudosa validez política lleva inmediatamente a preguntarse si la coalición de Gobierno, será beneficiada en las próximas elecciones con esta situación. Tengo la firme convicción de que ocurrirá lo contrario.
La Moneda será perjudicada por la decisión del Presidente y por lo tanto, pagará costos políticos. Los indultos no contribuyen a que la gente crea que la violencia está siendo controlada. Bien sabemos que la violencia y los problemas económicos son los grandes problemas del Chile de hoy.
La elección como nuevo presidente de la Cámara Alta del senador Juan Antonio Coloma marca un antes y un después en la dinámica de la oposición. Ahí, se quiere imprimir mejoras para enfrentar el tema de la seguridad pública en el país. En efecto, el nuevo presidente del Senado ha propuesto, un fast track para las 16 iniciativas que existen y que están rezagadas desde hace mucho tiempo. Muchas de ellas, incluso, fueron rechazadas por quienes están en el Gobierno cuando eran diputados, antes de empezar la nueva administración en marzo del año pasado.
Dado lo anterior, creo que un número importante de miembros del Parlamento apoyarán las iniciativas de seguridad, salvo, los miembros de Apruebo Dignidad pertenecientes al Partido Comunista y al Frente Amplio.
La urgencia que tiene la sociedad para corregir los problemas de seguridad pública es la principal razón de que existe masa crítica para enfrentar este difícil panorama que el actual Gobierno no ha podido solucionar. La elección del 7 de mayo determinará, en gran medida, el intento de la izquierda para proyectar una nueva cara frente a este problema.
Por otra parte, La Moneda tiene serios problemas para proyectar una imagen de credibilidad en la solución de esta situación. La discusión en el Tribunal Constitucional sobre los indultos otorgados ha puesto de manifiesto que muchos de los indultados no cumplían los requisitos mínimos, dados los temas pendientes que varios de ellos tienen con la justicia.
También la migración ha llegado a ser un tema que complica la agenda de seguridad del Gobierno, que no ha sido capaz de expulsar a miles de extranjeros que viven en nuestro país y tampoco ha podido establecer mecanismos para involucrar a países como Venezuela y Bolivia que, sencillamente, no cooperan en post de este objetivo. Este es el mayor desafío que tiene en estos momentos el actual canciller Alberto Van Klaveren.
La economía continúa siendo un gran problema para millones de ciudadanos afectados por una inflación persistente, la que sólo ha declinado, pero continúa afectando a los chilenos, quienes ven con desesperación cómo su ingreso disponible continúa cayendo.
Para el presente año, mi proyección respecto a la inflación, continúa en un rango cercano al 7%. (El Líbero)
Alejandro Alarcón
