La licencia de conducir digital ha sido presentada como un gran avance para Chile. No obstante, detrás de la modernización surgen dudas razonables que aún no se responden. El primer riesgo está en las municipalidades. Algunas cuentan con recursos para implementar sistemas seguros, pero muchas operan con presupuestos muy limitados. ¿Qué garantías tenemos de que todas podrán resguardar datos sensibles de manera adecuada?
Un segundo problema es el canal de distribución. Si la licencia se entrega mediante aplicaciones o sitios web, estos pueden ser vulnerables a clonaciones o suplantaciones. Eso abriría la puerta a un escenario muy real: un aumento de correos falsos, mensajes y llamadas destinadas a engañar a los usuarios y robar sus datos. En otras palabras, más ataques de ingeniería social.
La educación digital de los ciudadanos será importante, pero no reemplaza la obligación del Estado de asegurar plataformas robustas, auditadas y con planes de contingencia serios frente a eventuales delitos o ciberataques. Digitalizar sin garantizar seguridad no es progreso, es exponer a los ciudadanos a un riesgo innecesario. (Red NP)
Diego Cáceres
Académico Escuela Tecnología Universidad UNIACC
