"La nueva UDI": El texto que define el naciente proyecto político del...

"La nueva UDI": El texto que define el naciente proyecto político del partido

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«Este es un trabajo con sentido legítimo, en donde renunciamos a miradas individuales o ambiciones personales porque en política creemos en el trabajo común y no en los llaneros solitarios». Esa es la conclusión del presidente de la UDI, Hernán Larraín, en torno al documento que se elaboró para definir el nuevo proyecto político del partido. Se trata de «La Nueva Unión Demócrata Independiente», un texto que al asumir al mando de la colectividad, en abril de 2015, se convirtió en una de sus prioridades.

El viernes pasado fue concluido, tras 10 meses de trabajo. El Mercurio tuvo acceso al documento de 21 páginas, que fue redactado por Larraín, Edmundo Eluchans, Pía Margarit, Joaquín Lavín, Alejandro Irarrázabal e integrantes de la Fundación Jaime Guzmán. 1. «Club de los políticos» El documento se inicia con un diagnóstico del partido y de la situación actual del país. Se señala que la política pasa por un «muy mal momento» por dos razones. Primero, por la ineficacia de los actores ante los cambios sociales y la repetición de sus consignas. Segundo, por las consecuencias que ha traído el debate por el financiamiento de la política.

«La UDI ha sufrido un áspero cuestionamiento a raíz de la participación de algunos de sus dirigentes en estas situaciones. No es justo adjudicar a esta la explicación única y ni siquiera principal de la situación que le afecta (que, por lo demás, con el tiempo ha quedado en evidencia que se trata de una mala práctica generalizada en el espectro político)», se indica.

2. «Casa ordenada»

«Estamos construyendo una nueva UDI a raíz de una dura autocrítica, tanto los problemas por el financiamiento irregular de campañas, pero más aún el desperfilamiento del partido en el actuar en política en el último tiempo», afirma Larraín. Respecto a los casos de financiamiento de la política, el texto indica que la colectividad «pasó a representar, para muchos chilenos, los vicios a que la vida pública puede llegar» y que la UDI aparece como su «principal cara». «¿Cómo se supera esta crisis?», se inquiere. «La UDI debe hacer todos los esfuerzos necesarios para volver a ser nuevamente el ‘partido diferente». Para aquello se establece un desafío: mantener una «casa ordenada», se dice, con cimientos firmes, ayudará a concentrar los esfuerzos para poner el foco en el futuro del país.

3. Estilo de trabajo

«Su renacimiento es un proceso necesario para la reaceptación pública del partido. Se deben reconocer las irregularidades, haber faltado a la ética, aceptar las responsabilidades y asumir los costos políticos que eso implique, por severos e incluso injustos que puedan parecer», se indica en el texto. «Hay que generar los mecanismos -agrega- para que nunca más vuelvan a ocurrir y plantear la adhesión a ciertos compromisos de buen gobierno, tanto en el ámbito público como en el partidario».

4. «Puertas cerradas»

«Una sociedad conectada e informada se traduce en una ciudadanía tremendamente crítica de los procesos ‘a puertas cerradas'», afirma el escrito, en el que se recalca que el partido debe ser el primero en establecer mecanismos de transparencia más exigentes. «Habrá que generar diversas instancias para dar participación y también capacitación a los militantes y simpatizantes del partido».

5. Transparencia

Existe un énfasis en la necesidad de que todos los militantes se comprometan con la probidad y la transparencia. Así es como se menciona, por ejemplo, que el partido siempre muestre información sobre su gestión administrativa y presupuestaria. «Los militantes deberán comprometerse a observar un comportamiento intachable tanto en su vida pública como privada, y a desempeñar los cargos de una manera honesta, otorgando preeminencia al interés general por sobre intereses particulares o políticos», se señala.

6. «Parlamentarización»

Un imperativo pasa por impulsar medidas concretas que contribuyan a desconcentrar el poder. «Y de paso disipar los efectos nocivos de lo que se ha conocido como ‘parlamentarización del partido’, por medio de mecanismos que contribuyan a generar contrapesos políticos», agrega. «Es la forma adecuada de generar liderazgos diversos en un mismo territorio y permitir la manifestación de contrapesos internos».

7. Reafirmar principios

«Lo que hoy necesita no es pensar en cambiar sus principios para enfrentar los desafíos actuales; por el contrario, requiere retomar la senda de defender sus convicciones a partir de la comprensión de los nuevos desafíos sociales, junto con transmitir su mensaje político con un lenguaje afable y empático, pero sin dejarse moldear por la opinión de la mayoría o las encuestas», dice.

8. Los orígenes

El robustecer la identidad de la UDI pasa, en parte, por retomar su mística y fidelidad al estilo de la «gran marca» que, dice el texto, les legó Jaime Guzmán. «Es falsa la disyuntiva entre un partido testimonial o principista y un partido mayoritario o con vocación de poder. En política se desea el poder para algo: intentar concretar un proyecto de sociedad que se considera mejor, y este se define por la adhesión a ciertos principios», se añade. «La UDI debe afirmar claramente -subraya- que tiene vocación de mayoría, pero que su legitimidad política no reside allí, sino en sus principios y estilo claro y diferente».

9. Perfil partidario

«Postulamos que una sociedad verdaderamente inclusiva exige abandonar el clasismo que aún existe en Chile y rechazar la xenofobia que parece haberse enquistado en nuestras comunidades y mostrar un compromiso político por construir una actitud más sencilla y abierta a los inmigrantes que confía en las personas y en lo que tienen que aportar. Una sociedad inclusiva implica el pleno respeto a la dignidad de todas las personas, y eso significa, además, una mirada de respeto a quienes tienen opciones sexuales distintas, pues las personas son dignas y merecedoras de respeto por ser tales, y el partido debiera fomentar una mirada comprensiva de sus preocupaciones».

10. Clase media

«Los ricos se cuidan solos y a los pobres los cuida el Estado, pero nadie se preocupa de la clase media», afirma el texto. «Este nuevo compromiso -se precisa- no debe entenderse como un abandono de la dedicación preferente por derrotar la pobreza mientras esta exista». Incluso, afirma que su «renacimiento» pasa por convertirse en el partido de la clase media. «De ser un partido popular comprometido con la libertad y valores cristianos estamos proyectando la libertad en todos los planos, siempre con sentido de responsabilidad, advirtiendo del Estado un rol subsidiario activo que trabaje en pos del bien común», sintetiza Larraín.

 

Fuente: Edición Original El Mercurio

 

Fotografía: El Mercurio

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