La cancha siempre estuvo difícil para el oficialismo que carga con la pesada herencia de un gobierno impopular, que nunca ha sobrepasado el 30 por ciento de apoyo; y que se complicó aún más cuando gracias al “acarreo” del PC, en una primaria con muy baja participación ciudadana, terminó imponiéndose su candidata.
- Hoy, a semanas de la elección, la coalición de gobierno enfrenta el peor escenario imaginable pues todo indica que su candidata no será electa presidenta y que, si logra pasar a segunda vuelta, lo hará solo para perder por un amplio margen.
- El gobierno también lo sabe y eso explica la decisión de Boric de reemplazar los tradicionales “fondos de libre disposición” para el gobierno entrante por la facultad de reasignación de recursos; se trata de una “maniobra”, una trampa que obliga sacarle recursos ya asignados a un ministerio o programa.
- Porque no le está dejando plata sino generando un conflicto político futuro. Algo que jamás se habría hecho si realmente pensara que Jara tiene la más mínima posibilidad de ser la próxima presidenta.
- El fantasma de un triunfo de la ultraderecha ha comenzado a instalar el pánico en el oficialismo. Voces influyentes, como la de Sergio Bitar, han señalado que la verdadera prioridad del socialismo democrático está en las parlamentarias, no en la candidatura presidencial.
- El exministro de Hacienda Mario Marcel, con la sobriedad que lo caracteriza, fue más lejos al manifestar su inquietud por la militancia comunista de la abanderada, lo que en la práctica equivale a cuestionar si el mundo moderado de la centroizquierda puede respaldarla sin reservas.
Candidata de nicho. La izquierda está entre la espada y la pared: Tiene claro que Jara pasará a la segunda vuelta y que, salvo error, omisión o acción, es altamente probable que se enfrentará con Kast solo para ser derrotada por un margen inapelable.
- En Europa, cuando las izquierdas han estado “amenazadas” electoralmente por la extrema derecha se han forjado alianzas tácticas inéditas y transversales para “conjurar el mal”.
- En Francia, la izquierda y los republicanos han terminado apoyando a Emmanuel Macron frente a Marine Le Pen; en Alemania, la socialdemocracia y la CDU han cooperado bajo la lógica de un “cordón sanitario” contra Alternativa para Alemania; e incluso en Italia o Polonia se han visto pactos similares.
- La premisa es simple: ante el peligro de un proyecto iliberal, las diferencias entre centroizquierda y centroderecha pasan a segundo plano. En Chile, sin embargo, esa alternativa no existe. Todo indica, hasta ahora, que en la segunda vuelta Jara se enfrentará con Kast y no habrá espacio para un cordón sanitario.
- Porque ella es una candidata de nicho, no es capaz de convocar más allá de la izquierda y carece de la fuerza y la amplitud necesarias para derrotarlo.
El mal menor. Qué está pasando?Entonces, frente a la nueva realidad surge la siguiente pregunta: ¿Hay algo que pueda hacer la centro izquierda, más allá de la decisión individual de muchos, que han resuelto votar por Evelyn Matthei en la primera vuelta, para frenar a Kast?
- ¿Qué está pasando con sectores del socialismo democrático, ex concertacionistas que se sienten atrapados en un callejón sin salida, que entienden que votar por Jara, solo conduce a Kast?
- Como dice el refrán, “la necesidad tiene cara de hereje” y ya ha empezado a circular en los pasillos de la política, con un sigilo casi conspirativo-culpable una idea que hasta hace muy poco parecía impensable. Que la única forma de “resolver” el problema es “inflar” a Evelyn Matthei, una figura de derecha dialogante, pragmática y con experiencia de gestión.
- El mal menor, una alternativa capaz de mantener a raya a la ultraderecha sin poner en riesgo la gobernabilidad democrática.
- Lo que no parece, desde la perspectiva de los números, una misión imposible, como resucitar un muerto, porque apenas seis puntos la separan de José Antonio Kast, quien además viene bajando, un poco, en las últimas semanas.
Boric. El presidente parece estar consciente de este dilema y tal vez eso explique que haya decidido cruzar el Rubicón, rompiendo con la tradición republicana de neutralidad presidencial en las campañas. Intervino directa y desembozadamente en la contienda electoral, le pego a kast donde más duele, sembrando la duda sobre sus intenciones de suprimir programas sociales.
- Utilizó una cadena nacional de radio y televisión para presentar la ley del presupuesto, para atacarlo, sin nombrarlo, y cuestionar su propuesta de recortar seis mil millones de dólares en el gasto público, acusándolo, no sin fundamento, de que ello sería imposible sin recortar el gasto social. Una crítica que fue leída, no como respaldo a Jara, sino más bien como severa advertencia sobre los peligros que, para él, representa un eventual triunfo de la extrema derecha.
- Hablar de un “guiño” a Matthei sería exagerado; pero en este punto hay total coincidencia entre ella y lo afirmado por el presidente. Contrariamente a lo que dice Kast no es efectivo que se puedan juntar seis mil millones de dólares recortando lo que él llama, de manera ambigua y genérica, el “gasto político”. Un asunto sobre el que la candidata de Chile Vamos confrontó a Kast en un debate televisivo, ya que tras haber hecho todos los cálculos llegó a una cifra máxima de dos mil millones sin tocar beneficios.
Ojo con: Sin embargo, la consigna “darle como caja a Kast” es muy arriesgada y puede resultar hasta contraproducente; como está ocurriendo con los dichos del presidente, que indiscutiblemente han puesto al republicano en el centro de la atención mediática, avalando en los hechos la intuición de muchos sobre la inevitabilidad de su triunfo; y que llevó a Chile Vamos, para no quedar “offside” a recurrir a la Contraloría con una denuncia de intervencionismo electoral. (Ex Ante)
Jorge Schaulsohn



