La familia como atributo o carga presidencial: las estrategias en la campaña

La familia como atributo o carga presidencial: las estrategias en la campaña

Compartir

La familia nuclear se ha consolidado históricamente como un «atributo blando» clave en las campañas presidenciales, buscando generar empatía y cercanía con el electorado. Sin embargo, en la actual contienda electoral, los candidatos chilenos han adoptado estrategias disímiles respecto a la exposición de su intimidad, lo que subraya una definición política marcada por el hermetismo o la apertura controlada.

La candidata de Chile Vamos, Evelyn Matthei, ha optado por establecer un muro infranqueable en torno a su vida familiar. Esta decisión la distingue de la mayoría de sus contendores y obedece a una definición política clara: su familia no será parte de la puesta en escena de su campaña ni de un eventual gobierno. El celo por su intimidad se intensificó tras el episodio en redes sociales donde se sugirió que padecía alzhéimer, a pesar de que su esposo, el economista Jorge Desormeaux, reveló hace poco su diagnóstico de Parkinson. Matthei ha abordado el tema con mesura, asegurando que su marido está bien y que tienen los medios para enfrentar la enfermedad, y ha enfatizado que sus hijos deben «vivir su propia vida». De su círculo íntimo, solo su hermano mayor, Fernando Matthei, tiene un rol formal como administrador electoral.

Por su parte, José Antonio Kast ha diseñado una estrategia de baja exposición familiar, marcando una diferencia con sus campañas anteriores, donde su numeroso clan era un sello distintivo. Este repliegue busca evitar profundizar en los temas valóricos y, en cambio, centrar la agenda en un «gobierno de emergencia» enfocado en seguridad y economía. Si bien su esposa, María Pía Adriasola, ha moderado su rol político y mediático, el hijo mayor del matrimonio, José Antonio Kast Adriásola, sí ha incursionado en la política, postulándose como diputado republicano. El candidato ha manifestado que no participará en espacios televisivos que busquen mostrar su faceta más íntima, descartando la repetición de las multitudinarias apariciones de su familia de procesos anteriores.

En contraste, otros candidatos han decidido abrir ese mundo privado como una carta política y de soporte. Jeannette Jara cuenta en su pareja, Claudio Rodríguez, con su consejero político más íntimo y una fuente clave de contención emocional en el día a día de la intensa campaña. Aunque Rodríguez busca tomar distancia de la gestión política formal, su apoyo es crucial para la candidata oficialista. En el caso de Johannes Kaiser, su esposa, Ivette Avaria, se ha instalado como una voz propia dentro del Partido Nacional Libertario y una activa escudera del candidato, recordando el rol de Adriasola en las primeras campañas de Kast.

Otros candidatos mantienen matices en su exposición: Franco Parisi resguarda su intimidad familiar, desplegándose solo con el apoyo de su hermana, Zandra. Harold Mayne-Nicholls fue acompañado por su esposa, Eugenia Fernández, quien reveló que no todos sus hijos están de acuerdo con la exposición de la candidatura. Finalmente, Marco Enríquez-Ominami acudió a un debate junto a su hija y recibió el apoyo público de su mujer, Karen Doggenweiler, tras un reciente impasse mediático, mientras que Eduardo Artés ha sido enfático en que su familia «no está a disposición» de la campaña. (NP-Gemini-La Tercera)