La derrota que viene

La derrota que viene

Compartir

No hay misterio. El gobierno de Boric no tendrá continuidad. Jeannette Jara no tiene posibilidad alguna de convertirse en presidenta de la República. Y habría ocurrido algo semejante con cualquier otro representante de una experiencia de gobierno que solo cabe agradecer que esté terminando. Se trata de la derrota en toda la línea de un proyecto que, si hubiera tenido éxito, habría tenido consecuencias desastrosas para la nación.

El balance de estos años debe partir necesariamente de la rudimentaria visión con la que la nueva y la vieja izquierda llegaron al poder. No había gran novedad. Se trataba, básicamente, del antiguo culto al estatismo como ilusoria fórmula para establecer la igualdad, combinado esta vez con los integrismos identitarios. Se suponía que el país iba a conquistar nuevos horizontes luego del funeral del neoliberalismo, el cual, en términos gruesos, era solo un modo de designar la economía de mercado. Para mayores precisiones, Boric dijo que una parte de él quería terminar con el capitalismo.

La desdichada Convención nos permitió hacernos una idea aproximada de hacia dónde querían llevar al país. En aquellos días febriles, Giorgio Jackson dijo solemnemente que el proyecto de Constitución que iba a surgir de allí se convertiría en el verdadero programa de gobierno. Claro como el agua. Hay que refundar Chile, dijo entonces Elisa Loncon, hoy candidata a senadora en la lista del PC. Todo va quedando en su lugar.

La partida de Mario Marcel sirvió para tratar de imaginar cómo habrían sido las cosas si él no hubiera estado en el ministerio de Hacienda. Su presencia en el gabinete fue vista dentro y fuera de Chile como una garantía en materia de disciplina fiscal. Su trayectoria respaldaba tal confianza. Pero, no dejó de ser temeraria su decisión de colaborar con este mandatario.

¿Creyó Marcel que Boric terminaría liderando un gobierno parecido a los de la Concertación, o que él mismo podría ayudar a que avanzara en tal dirección? Es posible. Solo así puede entenderse que, en aras de ese objetivo, haya sentido que era su deber apoyar el proyecto de Constitución avalado por Boric en 2022.

Quizás, con la perspectiva del tiempo, se podrá apreciar mejor lo que hizo Marcel para que el país no se descarrilara. Algo parecido puede decirse de Carolina Tohá, que asumió la compleja tarea del ministerio del Interior y debió poner la cara por las flaquezas presidenciales. No es poco decir. No hay duda de que Boric es un hombre afortunado. Se salvó de las consecuencias que pudo tener su empeño por imponerle al país un rumbo errado. Sus incontables tropiezos y torpezas pudieron haber provocado grandes calamidades. Está dejando un contundente ejemplo acerca de cómo no gobernar.

El país perdió tiempo, energía y oportunidades en este período, retrocedió respecto de los avances que consiguió en los 30 años despreciados por quienes llegaron al poder a renovar las prácticas políticas e incluso a purificar las costumbres, y ya vimos en qué consistía todo eso. ¿Qué pensarán de lo ocurrido los dirigentes de la antigua centroizquierda que estuvieron dispuestos a cualquier cosa para subirse a lo que parecía ser “el carro de la historia”?

Parapetados hoy detrás de Jeannette Jara, el PS, el PPD, el PR y la DC intentan cubrir de idealismo lo que no es sino negocio electoral. Saben que ella no ganará, pero aprovechan la lucecita presidencial para conseguir algunos votos por aquí y por allá. Es evidente que no les inquieta mayormente que el programa de gobierno diga esto o lo contrario. Y quizás, dado que vienen malos tiempos, algunos pragmáticos piensen que es preferible que sea el PC el que pague los mayores costos.

¿Qué desear para los 6 meses que le quedan a Boric en la Presidencia? En primer lugar, que no ceda a la tentación de usar el aparato gubernamental en favor de los candidatos oficialistas. Que no permita abusos o ilegalidades de última hora. Que no sea demasiado ocurrente en el campo internacional. Que haga su mejor esfuerzo por demostrar que respeta el cargo y contribuya a que el proceso de sucesión presidencial se desenvuelva sin problemas. Que trate de dejar la casa lo más ordenada que pueda. (Ex Ante)

Sergio Muñoz Riveros