Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el servicio de seguridad interior Shin Bet llevaron a cabo un bombardeo preciso contra altos mandos de Hamás en Qatar, confirmaron las autoridades de ambos países. El ataque, calificado de «cobarde» por el gobierno catarí, tuvo como objetivo un complejo residencial utilizado por el grupo islamista.
Según un dirigente de Hamás en Gaza, el bombardeo impactó a la delegación negociadora del movimiento mientras discutía una propuesta de alto el fuego para la Franja de Gaza. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, asumió la «responsabilidad total» de la operación, señalando que fue una acción «totalmente independiente» de Israel.
Las autoridades israelíes justificaron el ataque, argumentando que los líderes de Hamás son directamente responsables de la masacre del 7 de octubre y de orquestar la guerra contra Israel. Por su parte, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) condenó el ataque, considerándolo una violación de la soberanía de Qatar y una amenaza para la seguridad de la región.
El bombardeo ocurre poco después de que Netanyahu ordenara negociaciones para liberar a los rehenes y de que Hamás diera su visto bueno a una nueva propuesta de tregua. Sin embargo, este martes, el brazo armado de Hamás, las Brigadas Al Qasam, se atribuyó la autoría de un atentado en Jerusalén que dejó seis muertos.
Netanyahu vinculó el ataque en Qatar con el atentado en Jerusalén, afirmando que dio la orden de preparar una operación contra los líderes de Hamás tras el ataque. En un mensaje conjunto con el ministro de Defensa, Israel Katz, el primer ministro israelí aseguró que la acción estaba «plenamente justificada» por las «acciones asesinas» del grupo islamista.
El ataque a los líderes de Hamás se produce en medio de un contexto de negociaciones de tregua, donde Israel ha aceptado la última propuesta del presidente estadounidense, Donald Trump, a cambio de la liberación de todos los rehenes y que Hamás deponga las armas.
QATAR: SE RESERVA DERECHO A REACCIONAR
El primer ministro de Qatar, Mohamed bin Abdulrahmán al Thani, ha condenado enérgicamente el bombardeo de Israel en Doha, que causó la muerte de cinco miembros del grupo Hamás y un policía qatarí. En una rueda de prensa, el líder qatarí calificó el ataque como un acto de «terrorismo de Estado» y anunció que su país se reserva el derecho de responder, tomando «todas las medidas necesarias».
Al Thani afirmó que su prioridad es la seguridad de las personas en su territorio. Por ello, se ha formado un equipo legal para iniciar procedimientos contra Israel y se realizará una «revisión exhaustiva» de las políticas internas para evitar futuros incidentes. El primer ministro recriminó al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de llevar a la región a una situación «irreversible» al violar las leyes internacionales.
Al Thani reveló que el ataque ocurrió mientras se llevaban a cabo negociaciones para un alto el fuego en Gaza, promovidas por Estados Unidos. Cuestionó si la comunidad internacional necesita una señal más clara de quién está saboteando los esfuerzos de paz.
El primer ministro qatarí también desmintió la versión de Estados Unidos de haber advertido a Qatar sobre el ataque. Según Al Thani, la notificación se produjo diez minutos después del bombardeo, que calificó de «traicionero». Explicó que las defensas aéreas de Qatar no detectaron el ataque, ya que Israel utilizó armas que no son visibles para los radares.
A pesar de estos hechos, Al Thani aseguró que la diplomacia qatarí seguirá buscando la estabilidad en la región a través de la mediación. No obstante, reconoció que las conversaciones actuales no parecen tener un futuro viable por el momento.
CRÍTICA DE LA CASA BLANCA
La Casa Blanca ha calificado el reciente ataque israelí en Doha, Qatar, como un «desafortunado incidente», aunque al mismo tiempo lo defendió como una acción con un «objetivo loable»: eliminar a Hamás. La portavoz Karoline Leavitt indicó que el gobierno de Donald Trump fue informado del ataque con antelación, pero se negó a confirmar si Israel alertó directamente al Pentágono.
Leavitt afirmó que bombardear de manera unilateral a un aliado cercano como Qatar «no avanza los objetivos de Israel o de Estados Unidos», a pesar de que la meta de eliminar a Hamás es «loable». La vocera añadió que Trump «se siente muy mal por la localización de este ataque» y considera a Qatar un «poderoso aliado y amigo».
Tras el bombardeo, Trump instruyó a su enviado especial para Medio Oriente que notificara a Qatar del «ataque inminente», y él mismo se comunicó con los líderes qataríes y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. En estas llamadas, el presidente estadounidense aseguró a Qatar que «algo así no volverá a ocurrir en su territorio».
El ataque, el primero de Israel en suelo qatarí, tenía como objetivo a la delegación negociadora de Hamás. Sin embargo, el grupo islamista ha confirmado la muerte de cinco de sus miembros, ninguno de los cuales pertenecía a dicha delegación. El bombardeo también causó la muerte de un miembro de las fuerzas de seguridad de Qatar. (NP-Gemini-Emol-EFE-Bio Bio-Europa Press-Cooperativa)



