Otros nueve participantes en las protestas han sido condenados a muerte. La primera ejecución se realizó el jueves. Mohsen Shekari, de 23 años, había sido condenado a muerte por bloquear una calle y herir a un paramilitar al inicio de las manifestaciones. El anuncio de su ejecución provocó múltiples condenas en el exterior y de las Naciones Unidas. La Unión Europa prevé dar luz verde este lunes a nuevas sanciones contra responsables iraníes de violaciones de los derechos humanos, tras criticar duramente la ejecución de Shekari la semana pasada.
El alto comisionado para los derechos humanos de la ONU, Volker Türk, consideró que la ejecución del joven tenía como objetivo asustar a los manifestantes. «Claramente esto tiene el propósito de crear temor para el resto de los manifestantes», sostuvo el viernes en una rueda de prensa Türk. A pesar de ello la ejecución del jueves ha provocado nuevas protestas en el país, como las del sábado cuando se celebraron marchas en silencio y con velas en numerosas ciudades de la nación persa para condenar el ahorcamiento.
En los casi tres meses de protestas han muerto más de 400 personas (aunque las autoridades han confirmado una cifra menor) y al menos hay 15.000 detenidos, según la ONG Iran Human Rights, con sede en Oslo. Irán es uno de los principales países del mundo en la aplicación de la pena de muerte, con 314 ejecuciones llevadas a cabo en 2021, según Amnistía Internacional, y más de 500 en lo que va de 2022. (DW)



