Instituciones fuertes, alianzas conscientes-Rosa Madera Núñez

Instituciones fuertes, alianzas conscientes-Rosa Madera Núñez

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La  reciente caída del 15% en licencias médicas y el ahorro fiscal de más de 600 millones de dólares, atribuida en parte al informe de la Contralora Dorothy Pérez, ha sido celebrada como un triunfo del control. Pero este episodio revela algo más profundo que un simple ajuste administrativo: la fragilidad de nuestras instituciones y la urgencia de reconstruir la confianza ciudadana.

Daniel Kaufmann, experto en gobernanza global y ex director del Banco Mundial, lo dijo sin eufemismos: “Hay países que son más capturados que corruptos, como Inglaterra y Chile”. La corrupción visible -el soborno, el fraude- es solo la superficie. Lo más complejo es la captura del Estado: cuando intereses particulares logran incidir sistemáticamente en las decisiones públicas, debilitando la institucionalidad desde dentro.

El caso de las licencias médicas no se trata solo de un exceso de gasto. Es una señal de alerta sobre un sistema con incentivos distorsionados, con culturas permisivas y con controles que llegaron tarde. El control, aunque indispensable, no basta si no va acompañado de propósito y colaboración.

Desde el mundo del impacto, sabemos que no hay transformación posible si se actúa en silos. Por eso, este tipo de desafíos estructurales exigen una articulación pública y privada real, orientada no solo a controlar lo que está mal, sino a co-crear soluciones que prevengan, reparen y regeneren.

La buena gobernanza no nace del temor a ser sancionado, sino de una institucionalidad que alinea intereses diversos hacia el bien común. Fortalecer el rol de la Contraloría y otros órganos fiscalizadores es clave. Pero igual de urgente es construir espacios de diálogo con empresas, academia, sociedad civil y ciudadanía, donde la colaboración se base en valores compartidos y no solo en conveniencia.

Kaufmann nos advierte que la captura institucional es silenciosa, pero devastadora. Y que su antídoto no es solo técnico, sino profundamente cultural. Una cultura ética, con liderazgo público y privado que entienda que la confianza no se impone: se construye, se cultiva y se protege.

En tiempos de crisis de legitimidad, necesitamos más que control. Necesitamos instituciones confiables, alianzas con propósito y estructuras capaces de transformar ahorro en impacto, y fiscalización en confianza social. (El Líbero)

Rosa Madera Núñez