El temor frente al delito es la principal preocupación ciudadana. Debiera ser la principal ocupación de la política.
La alcaldesa de Vitacura nos informa que cerca de la mitad de los detenidos por delitos de robos violentos en su comuna son menores de edad, muchos de ellos deben ser niños. Cerca de 300 mil niños se encuentran fuera del sistema escolar. Un número relevante de ellos son reclutados por bandas criminales para cometer esos ilícitos o como soldados para distribuir la droga. Es, para muchos de ellos, el único círculo que les ofrece contención y pertenencia.
Mientras Chile no enfrente el problema de la exclusión escolar, mientras Chile no tenga una política para hacerse cargo y cuidar de los niños que deambulan por las calles e invierta en ello, las leyes de inteligencia criminal, los perfeccionamientos policiales y de la Fiscalía, los aumentos de metros cuadrados para cárceles, las reglas del uso de la fuerza, la dureza en las penas y los estados de excepción llegarán siempre tarde y serán insuficientes. Serán todos intentos de hacerse cargo de aguas que ya se han desbordado.
Canalizarlas antes resulta indispensable. Hacerse cargo del miedo es imperioso. Sabio sería hacerlo de modo inteligente. (El Mercurio Cartas)
Jorge Correa Sutil
