Primero, porque reduce la flexibilidad y capacidad municipal para buscar a los más idóneos y adaptar las unidades a las demandas del momento. En la práctica pone una camisa de fuerza que hace más burocrática y menos efectiva la tarea.
Y segundo, porque corre el riesgo, de acuerdo a lo que ha señalado el Gobierno, de no regular lo fundamental: darnos más atribuciones para proteger a los vecinos de nuestra comuna. No debe haber ley de seguridad municipal si esta no regula lo básico: uso de armas no letales, capacidad de hacer control de identidad, acceso a bases de datos de personas con órdenes de detención y más protección para el personal de seguridad.
Esto debe además estar acompañado de una ley corta que agrave penas para agresión contra seguridad municipal, reduzca la edad de la responsabilidad penal y aumente penas para delitos como robos por sorpresa a automóviles y hogares. Por lo mismo queremos ser claros en que una ley municipal sin esto, no será nada más que burocracia sin sentido. Una ley de letra muerta. Y para eso es mejor no hacer nada.
Nosotros nos tomamos la seguridad en serio. Esperamos que por lo mismo se legisle en serio. (El Mercurio Cartas)
Sebastián Sichel
Camila Merino
José Manuel Palacios
Felipe Alessandri
Agustín Iglesias



