Incertidumbre y anhelos de cambio-Hernán Hochschild

Incertidumbre y anhelos de cambio-Hernán Hochschild

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Estamos parados sobre crisis y cambio, esa es nuestra realidad. Probablemente siempre lo hemos estado, pero hoy es con acelerador. ¿Qué va a pasar con el cambio climático? ¿Con el Covid y ómicron? ¿Qué va a pasar si China deja de crecer? ¿Qué va a pasar con los trabajos y la inteligencia artificial? ¿Con la crisis de vivienda, dicen que faltan 500 mil? ¿Qué va a pasar con la inflación, con el dinero y las criptomonedas? ¿Con la interacción humana y los metaversos? ¿Qué va a pasar si gana Boric o Kast?

En el proceso de diálogo llevado a cabo por Tenemos que Hablar de Chile encontramos esa incertidumbre. Una incertidumbre hermanada de inseguridad. De hecho, es el hilo conductor para una ciudadanía que resulta ser mucho más diversa de lo esperado. Y desde ahí, desde la inseguridad y la incertidumbre, emergía el anhelo de cambio. Un cambiar para que la vida no cambie tanto. Un cambiar para estabilizar la vida. Un cambio frente a la inseguridad. Pero ojo, que no es un cambio específico, ni necesariamente el mismo para todas las personas. Es un cambiar que va desde la seguridad pública a las pensiones, pasando por el precio del pan, el del gas y la relación de los políticos con la ciudadanía.

Quienes tengan el desafío de liderar nuestro país no pueden obviar este presente. Su labor será muy compleja. Así lo presienten también quienes participaron de nuestros diálogos. Encontramos mucha sensación de falibilidad en las personas. La ciudadanía se pregunta cómo se resuelven estas complejas crisis, cuál es la mejor forma de arreglar las pensiones o la seguridad pública y la verdad es que las respuestas no están claras. Sin embargo, podríamos destacar, quizás, una cierta forma de hacer las cosas que podría ayudar a encontrar soluciones a estos desafíos.

Lo primero, y quizás lo más importante: hay anhelo de colaboración, no de lucha social. La colaboración parece ser una de las llaves. La conciencia mayoritaria, por la magnitud de las crisis, es que nadie se salva solo, ni nadie tiene todas las respuestas correctas. Pero, además, de que nos necesitamos entre las personas. La colaboración abre la primera puerta.

Lo segundo, es que el contar con alternativas es también una forma de seguridad. Frente a la incertidumbre y la ausencia de respuestas infalibles, considerar la existencia de alternativas tiene arraigo popular. El dicho popular sería, “no poner todos los huevos en la misma canasta”. Las personas están buscando más alternativas, no menos. Que cuando puedes pagar o cuando no puedes pagar, haya una alternativa con dignidad. Que el trato digno, no venga en cuotas. Pero, a la vez, que tampoco que se elimine la posibilidad de tomar cuotas.

Lo tercero es que las diferencias no tienen por qué dividirnos. Las contradicciones de la élite no encajan de la misma forma para la ciudadanía. No hay tanto problema con cambiar de opinión. Hay más problemas con creer en opiniones hegemónicas. No hay contradicción entre Estado y mercado. Entre pueblos originarios y unidad. Entre local y nacional. Hay más bien complementariedad.

Como vemos, la tarea es titánica. (La Tercera)

Hernán Hochschild

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