Ideología o desproporción con Argentina

Ideología o desproporción con Argentina

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La alerta de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, denunciante de la presencia de la organización terrorista iraní Hezbolá en varios países de la región, incluido Chile, desencadenó un desproporcionado incidente con Argentina, manejado, si no con desprolijidad, ideológicamente.

Argentina tiene razones para preocuparse por Hezbolá. Su atentado a la Mutual Israelita en Buenos Aires está vivo, costó la vida de 85 argentinos de origen judío. Otro anterior, a la Embajada de Israel en esa capital, costó 25 muertos. Entre los autores del atentado a la Mutual se involucra a diplomáticos de Irán, entonces de paso en Chile. Además, es conocida la alianza de Irán a lo menos con nuestro vecino Bolivia y con Venezuela. También hay suspicacia por la obsesiva posición del Gobierno chileno anti Israel, primer objetivo de Hezbolá.

Coincidente con las declaraciones de Bullrich, personalidad emblemática argentina, el senador y vicepresidente del Comité de Inteligencia de Estados Unidos, Marco Rubio, hizo declaraciones similares, agregando que Chile no adoptaba medidas, lo que no hizo Bullrich. Se reclamó, a nivel de embajador.

¿Justifica transformar los dichos de Bullrich en un grave incidente con Argentina, enfrentando a las encargadas de la seguridad pública y con la intervención del Presidente, por encima de la Cancillería?

Ciertamente, NO. Argentina, probable primera prioridad en nuestras relaciones exteriores, con una de las fronteras compartidas más extensas del mundo, una fraternidad histórica —luchamos juntos por la independencia—, con superiores intereses comunes, y a diferencia de los otros vecinos, hemos solucionado siempre pacíficamente nuestras diferencias, como en la mediación papal, que evitó una guerra, tal vez el mayor hito diplomático a los dos lados de la frontera, que deberíamos celebrar este año los 40 años desde su culminación.

El incidente debió ser gestionado discretamente por la diplomacia, como sucedió con Estados Unidos. El embajador argentino es un profesional distinguido, con anterior experiencia en Chile y excanciller. El plenipotenciario en Buenos Aires, un brillante exsenador y exministro, por segunda vez representante en Buenos Aires.

A la desproporción se agrega la asimétrica dureza con Argentina y la cuidada blandura con el régimen autocrático de Venezuela, aliado de Irán, que se resta a colaborar en información sobre las decenas de miles de venezolanos que ingresan mensual e irregularmente por nuestra frontera descontrolada con Bolivia, que se resiste a repatriar criminales expulsados y se niega a cooperar en desarticular la principal organización delictual de ese origen que opera en el país. Da para pensar que la prolijidad en el trato a Venezuela obedecería a afinidades de partidarios de la alianza de gobierno con ese régimen, como sucede con el cubano y no con el argentino. Ni las ideologías ni la desproporción pueden estar por encima del interés nacional. (El Mercurio)

Hernán Felipe Errázuriz