La salida de la recesión que se espera que registre Chile en 2023 no será rápida. Eso es al menos lo que prevé el propio Ministerio de Hacienda de acuerdo al ajuste a la baja que realizó en sus proyecciones para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de mediano plazo, lo que de paso afectaría los resultados de la actual administración de Gabriel Boric.
De acuerdo al Informe de Finanzas Públicas (IFP) del cuarto trimestre de 2022 que se publicó el jueves de la semana pasada, Hacienda recortó de -0,5% a -0,7% la estimación para el PIB de 2023; de 3,2% a 2,9% la previsión de 2024, y de 3,1% también a 2,9% la de 2025. Con ello, la previsión para la expansión promedio de la actividad en el período de gobierno 2022-2025 desciende de 2,1% a 1,95%, entre el informe del tercer trimestre y el publicado recientemente. Es decir, el crecimiento de la economía en la administración Boric bordearía el 2%.
Y si se analiza la evolución que han tenido los pronósticos de Hacienda desde el IFP del primer trimestre de 2022, se aprecia que ha habido una corrección leve, pero sostenida al descenso. Así, al principio del año pasado la previsión promedio para los cuatro años de gobierno era de 2,3%, el segundo trimestre pasó a 2,2%, luego a 2,1% en el informe del tercer trimestre y ahora a 1,95%.
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De concretarse este escenario, el crecimiento de este período presidencial superaría sólo al registrado en el segundo gobierno de Michelle Bachelet, cuando la economía anotó un promedio de 1,8%. Y se ubicaría por debajo del 7,3% que tuvo el gobierno de Patricio Aylwin; del 5,5% que logró Eduardo Frei Ruiz Tagle, del 4,8% de Ricardo Lagos, del 3,5% del primer gobierno de Michelle Bachelet, del 5,4% del primer gobierno de Sebastián Piñera, y también detrás de 2,6% del último período de Piñera.
No obstante lo anterior, este 1,95% de todos modos se sitúa por sobre la última estimación que entregó el Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevé para este período en Chile una expansión promedio de 1,3%.
VISIÓN DE ECONOMISTAS
Tomás Flores, economista de LyD, sostiene que “está proyección contiene el ajuste a la baja que ha experimentado el PIB tendencial debido a la débil evolución de la inversión y el nulo incremento de la productividad”.
El economista explica que “un crecimiento de 1,95% implica una expansión anual del ingreso per cápita de menos de 1%, lo cual es sustancialmente inferior que lo observado en las décadas previas, lo cual limita el mejoramiento de la calidad de vida de los chilenos”.
Para Flores, “en la coyuntura actual, el impulso de la reapertura de China podría acortar la salida de la recesión, pero las debilidades estructurales persisten y los proyectos de ley tributario y previsional empeoran dicha situación”.
Por su parte, Luis Eduardo Escobar, economista y consultor de empresas, sostiene que comparte las nuevas proyecciones que entregó Hacienda. “El crecimiento de mediano plazo está más lento, debido a que la inversión estará más débil, por lo que la salida de la recesión será más pausada de lo esperado”, y añade que esto “se debe a que el capacidad estructural de crecer del país se redujo”.
Sobre el impacto que este menor crecimiento tiene en las personas, Escobar subraya que se transmite a través de menores salarios, empleo y mayor endeudamiento. (Pulso)
