El documento es tajante: «Una carencia absoluta de autocrítica de los partidos tradicionales respecto a sus posturas frente al plebiscito y que hoy pretenden representar un camino político único para el cambio constitucional«.
Es lo que critican parlamentarios de forma transversal de la mesa de diálogos por un nuevo proceso constituyente que llevan a cabo actualmente los representantes de los partidos del oficialismo, la DC y Chile Vamos.
Firmado por personeros de la DC (Ximena Rincón y Matías Walker), de RN (Carmen Gloria Aravena, Alejandro Kusanovic y Juan Castro), el PDG (Rubén Oyarzo, Víctor Pino, Roberto Arroyo y Gaspar Rivas), Rojo Edwards del Partido Republicano e independientes (Andrés Jouannet, Juan Castro, Gloria Naveillán y Enrique Lee), la carta informa la «constitución de una coordinadora parlamentaria por una propuesta democrática de cambio constitucional«.
Esta tiene como fin ser «inclusiva y amplia que contribuya a darle garantías a todos los chilenos de un proceso de reforma adecuado de acuerdo con el sentir ciudadano clara y democráticamente expresado».
Walker indicó que «los acuerdos tienen que hacerse sin exclusión y menos excluyendo al 62% que supo interpretar a la ciudadanía hace un mes atrás. Y eso es lo que estamos planteando», mientras que Jouannet señaló que quienes participan actualmente de los diálogos «es lo mismo, esta es la foto de antes, y esta foto de antes es el Rechazo. No estamos porque no hemos sido considerados».
Además, los parlamentarios plantean como condición a una nueva firma el voto obligatorio –algo que habían dicho personeros de la DC. Walker, en ese sentido, esbozó que «vamos a seguir trabajando y vamos a seguir insistiendo que sin voto obligatorio no puede haber acuerdo de nueva Constitución porque la democracia y el voto obligatorio llego para quedarse».
Al finalizar el documento, los parlamentarios aseguran que «notificamos al Gobierno a través de la Sepgres que no nos representa un acuerdo hecho fuera de las instancias formales de debate y discusión parlamentaria, que además no ha incluido a la diversidad del parlamento ni la de la ciudadanía». (Emol)
