La Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) fue una de las instituciones de educación superior que optó por no sumarse a la gratuidad que impulsó el Gobierno de la ex Presidenta Michelle Bachelet, argumentando que la implementación de ésta tendría un impacto negativo a nivel de calidad y autonomía.
A cuatro años de esto, el rector de la UAI, Harald Beyer, anunció que la entidad se encuentra afinando un modelo propio de gratuidad «con matices», que será financiado a través de una redistribución interna de recursos y de un «pequeño colchón» que han ido acumulando. En entrevista con el diario El Mercurio, el ex ministro de Educación entregó detalles sobre cómo funcionará esta nueva alternativa, que beneficiará a los alumnos que ingresen a la universidad a partir del año 2019. «Un estudiante que venga de los primeros seis deciles y tenga más de 680 puntos ponderados recibirá el mismo tratamiento que si tuviera gratuidad; no pagará matrícula ni arancel», explicó el rector.
Pese a las similitudes, aseguró que no existe ningún tipo de arrepentimiento por no sumarse a la gratuidad impulsada por el anterior Gobierno: «No fue ningún error; nuestro proyecto es de mucha calidad, demanda muchos recursos y autonomía; ni calidad ni autonomía estaban garantizados con la gratuidad». El ex secretario de Estado también se refirió a las motivaciones detrás de esta medida: «Nos damos cuenta de que muchos estudiantes talentosos de niveles socioeconómicos más bajos nos miran con interés, pero nos consideran caros». En ese sentido, añadió que esta alternativa «es el camino que encontramos para compatibilizar eso con nuestro proyecto sin renunciar a la autonomía».
Emol/Agencias



