Falta de legitimidad-Axel Buchheister

Falta de legitimidad-Axel Buchheister

Compartir

El “Refichaje” de los partidos adquiere una nueva dimensión con una interpretación del Servel, que amenaza con impedir que los partidos puedan presentar candidatos presidenciales.

El asunto es un trabalenguas. Una ley del año pasado dispuso que los partidos políticos tengan que reinscribir al 14 de abril próximo a un mínimo de militantes, para seguir recibiendo financiamiento público y subsistir. Deben conseguir que firmen a lo menos el 0,25% del total de los votantes (unos 18.250), pero además un 0,25% por región, con un mínimo de 500 firmas; cosa que es difícil de lograr en regiones como Aysén o Arica. Aunque igual subsistirán si consiguen “refichar” en tres regiones contiguas u ocho cualquiera, pero en tal caso no podrán presentar candidaturas en las regiones que no lo lograron.
La interpretación del Servel, que parece ajustarse a la ley, es que si no lograron la meta en la señalada fecha en todas las regiones, no obstante subsistir, no podrán presentar candidaturas presidenciales hasta llegar a las 33.000 firmas, según la norma permanente para formar un partido (el 0,25% es una norma solo para el “refichaje”). Como los partidos están en dificultades para obtener la meta de 18.250, lo que amenaza con el colapso del sistema, menos podrán llegar a las 33.000 en un par de meses más. No solo pueden desaparecer varios partidos, sino los que se salven quizás no queden habilitados para presentar candidatos presidenciales. Un dinamitazo al sistema democrático.

¿Cómo sucedió eso? La explicación es simple, como conocida: una ley mal hecha, que no se discutió bien. Pero el alegato de los parlamentarios -que no justifica nada- es cierto: fueron presionados a aprobar el proyecto de ley, sin que pudieran debatir informada y serenamente. Presionó la “calle”, que hoy pide sangre parlamentaria, pero además, hay otro responsable: la Comisión Engel.

Son las famosas “comisiones”, que dicen lo que hay que hacer, pero careciendo de representatividad democrática, pues no las eligió el pueblo. Ha sido una táctica de los gobiernos recientes llamar a una comisión para que saque una propuesta que los parlamentarios tienen que aprobar. Esta noción subvierte el orden democrático, pues las leyes se aprueban en el Congreso y las propuestas, por versadas que sean, son eso, un planteamiento, entre los muchos que se deben considerar. Y existen distintas visiones políticas y técnicas, que se deben debatir y votar por los representantes de la ciudadanía. Y ese debate debe ser informado y toma tiempo.

En este caso, dada la “funa” general a los políticos, poco se debatió y menos se revisó. El presidente de la Comisión Engel asistió a la comisión parlamentaria con gesto fiscalizador, haciendo gestos de aprobación o rechazo, mientras los parlamentarios lo miraban de reojo para no contrariarlo. ¿Quién lo eligió supra legislador?; ¿entendía él en ese momento el alcance, pormenores e implicancias de todo lo que ahí se hacía, tanto que no requería de una revisión de alguien más?

Solución: suspender hasta el próximo año la vigencia de la ley, pues está en riesgo la democracia representativa. Y eso exige un debate mesurado. (La Tercera)

Axel Buchheister

Dejar una respuesta