Exconvencional plurinacional: «Maximalismo no favoreció a la Convención»

Exconvencional plurinacional: «Maximalismo no favoreció a la Convención»

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Durante el proceso constituyente, eran comunes las críticas a sectores independientes -particularmente a los derivados de la Lista del Pueblo- tanto por su forma y sus propuestas tildadas de maximalistas. Hoy, tras el rechazo a la propuesta constitucional, el exconvencional Marco Arellano (que representó al capitalino distrito 8), quien integró la Coordinadora Plurinacional -uno de los dos colectivos nacidos de esa lista- hace un mea culpa y reconoce que había algo de razón en esos cuestionamientos. “Yo quiero asumir que el resultado electoral es de exclusiva responsabilidad de la Convención como órgano”, dice.

En consideración del resultado del domingo, ¿Qué falló?

Fallaron muchas cosas. Quiero partir pidiéndole disculpas al país como exconvencional por el trabajo que se realizó. Varios convencionales tuvieron conductas de soberbia. Hubo falta de solemnidad en algunos casos, una serie de performances que afectaron la credibilidad del órgano. Lo que pasó con Rojas Vade, etcétera. Eso de alguna manera en parte de la población, de los sectores populares, sirvió como matiz para interpretar el texto.

¿Hace alguna autocrítica personal?

Yo me dediqué al trabajo normativo, pero creo haber descuidado lo comunicacional. Debí salir más en medios quizás, preocuparme de informar de todos los temas que estaban pasando. No lo hice, estuve encerrado en la Convención, en la redacción de normas, las negociaciones, todo lo interno. Pero descuidamos el otro elemento, transmitir las ideas. Eso se suma para el resultado electoral. Yo quiero asumir que el resultado electoral es de exclusiva responsabilidad de la Convención como órgano.

¿Y por qué cree que pasó ese déficit comunicacional?

La falta de experiencia. Uno que no tiene un partido detrás, no tiene la experiencia de política de alto nivel. Por ejemplo, te pongo el caso de la derecha, que por diversas razones, que no corresponde a mí juzgar, participó poco del trabajo normativo. Pero sí se dedicó mucho y muy bien al campo comunicacional hacia afuera. Eso es un mérito que hay que reconocerles.

“EL MAXIMALISMO NO FAVORECIÓ A LA CONVENCIÓN”

Durante el funcionamiento de la Convención eran comunes las críticas a su colectivo, la Coordinadora Plurinacional, por la forma, por el maximalismo de las normas. En consideración de los resultados, ¿había algo de razón en esas críticas?

Yo creo que había algo de razón en esas críticas. Respecto al colectivo, yo en la interna hice varias conversaciones. Traté de poner mi punto. Creo que de alguna u otra manera sirvió. Ahora, mis compañeros y compañeras defendían las posturas que consideran correctas. Pero sí, yo creo que por el momento histórico que estábamos, sí había cierto maximalismo y eso no favoreció a la Convención.

Los partidos políticos acusan que los independientes fueron uno de los principales problemas.

Yo creo que hay una responsabilidad compartida. Después de la batalla todos van a buscar al eventual culpable. Yo creo que es multifactorial lo que pasó en la Convención. De alguna manera, su desempeño también se vio entrelazado con el desempeño de gobierno. Una visión reduccionista podría decir que los independientes fueron el problema, pero a mi interpretar fueron muchos más factores. Para mí la clave fue la semana en que se votó el retiro (de fondo de pensiones), se rechazó, y al mismo tiempo no se aprobó la norma Con Mi Plata No, que fue una de las que juntó más firmas. Eso fue usado comunicacionalmente de manera bastante hábil por la derecha.

¿Y cuál diría que es la responsabilidad que tienen los partidos que estaban por el Apruebo?

Yo creo que cada uno tiene que hacer su autocrítica. A mí no me corresponde imputar responsabilidad a los demás.

¿En qué cree que queda la participación de los independientes en política después de la experiencia de la Convención? Pensando en un nuevo proceso, se propone no incluir listas de independientes.

El tema de los independientes no depende de nosotros. Es una discusión que está en el Congreso, que, por lo que veo, por las declaraciones que he escuchado, no dé cabida a los independiente y los resultado de eso en realidad hay que verlos. Lo que sí es importante es que las personas que no militan en partidos políticos o las organizaciones sociales que no forman parte de partidos políticos tengan espacios para acceder a la institucionalidad también.

Decía que algunas de las críticas que se hacían a su colectivo tenían algo de razón. ¿Por qué cree que en el momento en que en que esas críticas llegaban, cuando había tiempo para enmendar, costó escucharlas?

Porque no se trabajaba de manera orgánica, estructurada. Cada convencional, en el fondo, seguía lo que consideraba correcto.

“CONTEXTO NACIONAL NO DABA PARA PLURINACIONALIDAD”

¿Hay aspectos del texto en sí que aportaron al triunfo del Rechazo?

Yo creo que la plurinacionalidad, que era una buena idea y hubiese permitido solucionar algunos conflictos, no tenía legitimidad democrática. Quedó claro que no representa a la gente, ni siquiera a las comunidades de pueblos originarios, por lo que vimos en los resultados electorales. Ahí claramente hubo un error de interpretación. Hay otros (temas) que no calaron en la población, lo cual es válido. Pero creo que del texto hay muchos elementos positivos que debiesen rescatarse, como el capítulo de naturaleza, la norma anticorrupción, la paridad.

Cuando ustedes votaban, ¿tenían conciencia de que quizás algunos artículos no iban a tener el apoyo mayoritario de la población?

Es que es difícil responderse esa pregunta en el momento. En la Convención había representantes de pueblos originarios. Era la primera vez en la historia que ellos estaban representados en un órgano. Y ellos tenían esta demanda. El ejercicio lógico era atender esas demandas, dialogarlas. Era el espacio para hacerlo. Y claro, ahora postplebiscito uno puede hacer un diagnóstico más profundo, más acabado y entender que la demanda no era compartida por la población.

Quizá era difícil decirle que no a los pueblos originarios, sobre todo en el caso de ustedes, que eran parte del mismo colectivo.

Más que difícil decir que no, era una demanda levantada por ellos y nosotros teníamos la buena fe de construir un país donde todos se sintieran interpretados. Era la primera vez que los pueblos originarios tenían la posibilidad de estar en un espacio de representación a este nivel. En torno a eso tomamos las decisiones. Ahora uno mira para atrás, y quizás, por el contexto nacional, daba para interculturalidad, no para plurinacionalidad, por ejemplo. Pero es difícil hacer esos diagnósticos sobre la marcha. (La Tercera)