Examen para marzo-Hernán Cheyre

Examen para marzo-Hernán Cheyre

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Mucho tiempo atrás, cuando en la educación escolar un alumno reprobaba el examen de fin de año en una materia específica, tenía la opción de rendirlo nuevamente en el mes de marzo siguiente. Con esto, lo que se pretendía era darle una nueva oportunidad.

Algo similar ha ocurrido con la tramitación de la reforma previsional: a pesar del todas las horas invertidas por los actores involucrados para lograr aprobar el “examen final”, a fin de cuentas ello no se logró en el período legislativo recién finalizado, y por tanto esta materia quedó “para marzo”.

Para tener éxito en esta nueva oportunidad, y evitar así “quedarse pegados”, es fundamental que durante este receso pueda haber una autocrítica respecto de los errores que se cometieron. Así se podrá encauzar el trabajo con el objetivo preciso de lograr aprobar una reforma que permita mejorar las pensiones actuales y futuras bajo un esquema que sea sostenible en el mediano y largo plazo, y que dé cabida a las distintas posiciones que hay en esta materia, de modo de lograr una solución consensuada.

Un requisito fundamental para poder tener éxito en este proceso se refiere a que para transitar por este camino no hay lugar para posturas maximalistas, ya que inevitablemente es necesario ceder en algunas de las opiniones propias para cederle un espacio a otras.

En cuanto a la disposición a transar en soluciones intermedias, senadores de oposición han señalado que la actitud del Gobierno ha sido obtusa, y que no muestra una genuina disposición de avanzar. Al respecto, no se puede olvidar que la propuesta inicial del Ejecutivo era aumentar en 4% la tasa de cotización obligatoria bajo un régimen de capitalización individual en cuentas administradas por las AFP, junto con fortalecer el pilar solidario y con la introducción de cambios en la regulación de la industria. Como no hubo apoyo a esta propuesta en la discusión en la Cámara, se logró consensuar algo muy diferente, que en lo básico consistió en aumentar la tasa de cotización en 6%, de los cuales la mitad (3%) iría a un nuevo pilar administrado por una entidad estatal que se crearía con el propósito de introducir mayor solidaridad inter e intra generacional, y el otro 3% se depositaría en cuentas individuales de los trabajadores, administradas también por este nuevo organismo del Estado.

Más allá de las discrepancias que hubo respecto de la eficiencia técnica de esta solución, así como del carácter de impuesto al trabajo que estaba detrás del 3% destinado a un fondo solidario —el cual, a fin de cuentas, operaría con la lógica de un sistema de reparto—, lo concreto es que el Gobierno estuvo dispuesto a ceder. Y cuando el tema empezó a ser discutido en el Senado, en la práctica se desconoció el acuerdo alcanzado en la instancia previa, y la presión de los senadores de la oposición ha sido para que el 6% sea destinado al fondo solidario.

La oposición en el Senado ha agudizado su actitud maximalista, sin ceder un solo milímetro, e incluso yendo mucho más allá de lo aprobado previamente en cuanto a organización de la industria. En definitiva, lo que persiguen es terminar de raíz con el sistema vigente, para lo cual dieron pasos muy importantes con la aprobación de los retiros de fondos desde las cuentas individuales. Pero esa no es una disposición para negociar, sino una que busca arrasar con el adversario. De prevalecer esta actitud, el examen de marzo tampoco será aprobado, y seguiremos estancados en el tema. (DF)

Hernán Cheyre

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