Ante el dramático problema de la inmigración en el norte, se han decretado nuevas zonas en estado de excepción, las que se suman a las del sur de nuestro país por temas de seguridad, incrementando la participación de las Fuerzas Armadas.
Por lo que se ha conocido hasta ahora, las nuevas autoridades no continuarán con esta práctica.
Se le atribuye al Ejecutivo la responsabilidad de enfrentar estos temas, pero en mi opinión eso es una parte, ya que también se requiere la acción de otros actores que inciden en la solución de tan complejos temas. Espero que las nuevas autoridades promuevan una mirada más amplia para tan complejo tema.
Los ciudadanos —particularmente los de las zonas más afectadas— están expectantes frente a las decisiones del próximo gobierno en esta materia, donde resulta evidente que no hemos sido exitosos, lo que sugiere buscar su solución más allá de la caja de herramientas de cada plan de gobierno, y ciertamente el empleo de los militares no soluciona los temas de fondo.
Les deseo éxito a las nuevas autoridades y me permito una sugerencia. Se requieren con urgencia soluciones que puedan asegurar un estado de derecho y normalidad para todos.
La guitarra a partir del 11 de marzo está en sus manos y espero que estén conscientes de que la luna de miel —al menos en este ámbito— será muy corta. (El Mercurio-Cartas)
Eduardo Aldunate Herman
