En los próximos días, todas las miradas en España estarán puestas sobre Pedro Sánchez, el secretario general del Partido Socialista Obrero Español (Psoe) y aspirante al Palacio de la Moncloa.
Luego de que el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, declinara el ofrecimiento del Rey Felipe VI, para someterse a una ceremonia de investidura como nuevo jefe del Ejecutivo, debería recaer en Sánchez el poder para intentar formar gobierno.
Pedro Sánchez Pérez-Castejón es considerado un símbolo de la renovación del Psoe y en el año que lleva al frente del partido lo ha logrado posicionar como la única alternativa factible a un gobierno del PP, a pesar de que en las elecciones generales obtuvieron su peor resultado histórico: 90 escaños con el 22% de los votos.
El economista madrileño de 43 años y antiguo jugador de basquetbol, ha sido militante socialista desde los 21 años. Comenzó su carrera política como concejal por Madrid (2003-2009) y después pasó al Parlamento (2009-2011). Volvió al Congreso en 2013 y fue entonces cuando comenzó su ascenso político.
Se presentó como candidato para liderar su partido y a pesar de que meses atrás era un desconocido incluso para algunos miembros de su colectividad, logró ganar las primarias de julio de 2014. Aprovechó el hecho de que muchos pedían caras nuevas en la cúpula del Psoe: logró un 48,6% de los votos.
Según la prensa española, Sánchez llegó a liderar el partido gracias a su perfil moderno. De hecho su currículum tiene un marcado perfil internacional, ya que trabajó para Naciones Unidas en Sarajevo durante la guerra de Kosovo y también en el Parlamento Europeo.
Ha trabajado tanto en organismo públicos como en empresas privadas y ha sido consultor de distintos proyectos internacionales. Se declara defensor de la ecología, habla inglés y francés y utiliza regularmente las redes sociales. Está casado con Begoña Gómez -socia directora de la consultora Task Force- con la que tiene dos hijas.
Sánchez deberá negociar con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, para formar un gobierno, luego que éste hiciera pública su oferta para formar una coalición con el Psoe e Izquierda Unida y otros partidos menores, en el que Sánchez sería el presidente e Iglesias, el vicepresidente.
Sánchez no se ha cerrado a un posible acuerdo, pero debe negociar con Podemos los puntos en los que no hay acuerdo. “Los votantes del Psoe y de Podemos no entenderían que no nos pusiéramos de acuerdo”, dijo ayer. “Iglesias quiere abordar reformas progresistas en las que podríamos coincidir. Podríamos estar de acuerdo en el diagnóstico, pero en las políticas para resolver, por ejemplo la crisis en Cataluña y los problemas de los jóvenes, ya es distinto”, añadió.
Ambos líderes comenzarán este fin de semana el diálogo para llegar a una coalición tripartita, presidida por el dirigente socialista, luego de que los contactos entre ambos estuvieran paralizados por semanas.
RAJOY INSTA AL PSOE A GOBERNAR JUNTOS
El presidente del Gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, anunció este viernes que no renuncia a ser reelegido y trabajará en los próximos días para intentar conseguir apoyos con los que presentarse al debate de investidura en el Congreso.
“No renuncio a nada. No he dicho no a mi investidura”, dijo Rajoy, partidario de dar tiempo al diálogo y de intentar lograr apoyos con grupos que respalden “la unidad de España, la soberanía nacional, la igualdad de los ciudadanos y la consolidación de la recuperación económica”.
Antes de la comparecencia de Rajoy ante la prensa la Casa del Rey había emitido un comunicado en el que aseguraba que el jefe del Ejecutivo en funciones y líder del PP (centroderecha) ha declinado el ofrecimiento de ser candidato.
Eso ocurría al término de la ronda de contactos de Felipe VI con los líderes políticos y ahora, tras el rechazo inicial – pero no definitivo – de Rajoy, el monarca volverá a convocarlos a partir del miércoles próximo.
“A todos los españoles les digo hoy no tengo los votos y por tanto no tiene ningún sentido que vaya allí a los únicos efectos que empiece a correr el plazo de dos meses que da la Constitución española”,señaló el jefe del Ejecutivo en funciones sobre el límite para convocar nuevas elecciones.
Rajoy reivindicó su victoria como lista más votada y reiteró su intención de formar un gobierno de gran coalición formado por su partido, el PP (centroderecha), el socialista PSOE y Ciudadanos (liberales centristas). “Me parece lo único sensato lo moderado y lo responsable”, señaló Rajoy, quien cree que esta coalición daría “un mensaje de estabilidad y de certidumbre” a España.
Las elecciones legislativas españolas del 20 de diciembre dieron como ganador al PP (centroderecha) con 123 escaños aunque sin mayoría para gobernar, seguido el socialista PSOE (90 diputados), Podemos (69) y Ciudadanos (liberales, 40), un escenario complejo con ausencia de mayorías para alcanzar los 176 escaños necesarios para investir a un candidato.
Rajoy criticó la postura del líder socialista Pedro Sánchez, quien ha rechazado en numerosas ocasiones formar una amplia coalición junto a PP y Ciudadanos, que sumaría 253 escaños, muy lejos de los 176 necesarios para gobernar.
“Hay capacidad para entenderse si hay voluntad”, dijo el jefe del Ejecutivo en funciones, que reivindicó su victoria en las urnas el pasado diciembre y rechazó ceder la presidencia de esa hipotética coalición de tres partidos.
“Es muy importante respetar la voluntad de la gente”, que eligió “con claridad” al PP como partido más votado con él como candidato dijo Rajoy, quien ha pedido un “esfuerzo de pedagogía” para “no poner en tela de juicio” dicha voluntad.
En la decisión del candidato del PP ha influido la propuesta que este viernes ha presentado el líder de Podemos, Pablo Iglesias, al rey de formar un Gobierno en el que él sería vicepresidente y el líder del PSOE, Pedro Sánchez, presidente.
Una propuesta que -ha dicho- “contaría con muchos más votos a favor” que la suya y “sobre todo muchos menos votos en contra”, dijo Rajoy.
Esta posible alternativa de gobierno estaría liderado por PSOE (90 escaños) y Podemos (69), peor no tendrían la mayoría suficiente para gobernar y necesitarían el apoyo de varias formaciones nacionalistas y de izquierda que conforman la Cámara.


