Errores, desprolijidad y la ley

Errores, desprolijidad y la ley

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Siendo los errores, acciones u omisiones en las que la voluntad del sujeto de realizar o no lo conveniente o correcto resulta desviada por un indeliberado equívoco, es curioso que la política chilena haya integrado a su léxico habitual la muy antiestética redundancia de los “errores no forzados” -casi como “subir para arriba”-, dado que se supone que el error es, por antonomasia, involuntario y, por consiguiente, nunca forzado, en la medida que, en el desliz, no participa una voluntad protagonista que pueda ser obligada.

A no ser que, en medio del desvarío lingüístico ambiente, se entienda que una acción u omisión de consecuencias indeseadas, es decir, un error, pueda ser forzada, aún con la obvia ausencia de participación de la voluntad extraviada del protagonista.

Los errores nunca son forzados en la misma medida en que son involuntarios -a no ser que se crea en la existencia de errores voluntarios-, tal como lo «desprolijo» -“que no se pone esmero en lo que se hace”- no puede explicarse por la mayor o menor información que el sujeto tenía al materializar su error, sino, como su definición lo indica, por el celo puesto o no en la realización del mismo.

Así, a la luz de los hechos, en el tema de los indultos no se puede acusar a las autoridades de falta de esmero -cualidad que, en este caso, mostraron de sobra-, pues todo parece indicar que fueron prolijamente llevados a cabo, más allá de sus consecuencias consideradas por una mayoría política ciudadana (Cadem-70%) como plagada de errores «no forzados».

Falta saber si, desde la mirada del derecho administrativo, se actuó o no de acuerdo con la ley, cuestión que es la que verdaderamente importa, más allá de si el acto fue realizado con desprolijidad o, incluso, que, como lo cree la mayoría, se trate de un magno error que terminó por exigir «cortar el hilo por lo más delgado», de manera de morigerar sus consecuencias e intentar «dar vuelta la página» para evitar corregir eventuales vicios de forma tratados falazmente como «desprolijidad» o «error no forzado». (Red NP)

Adso de Melk