Entonces, ¿eran 30 pesos?-Roberto Munita

Entonces, ¿eran 30 pesos?-Roberto Munita

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Amigos y conocidos (y también desconocidos), hombres y mujeres de la antigua Concertación: estamos a pocas horas de una de las votaciones más importantes del último tiempo, quizás comparable sólo con la que a ustedes les tocó liderar en 1989. Y al igual que en aquel entonces, es mucho lo que está en juego: no sólo se trata de una elección presidencial; es todo una idea de sociedad lo que está en juego.

Muchos de ustedes se pueden haber confundido con el Boric socialdemócrata que ha emergido en las últimas semanas. Sí, es una figura irreconocible, si lo comparamos al joven diputado que tuiteaba cuñas como “Derecha y Concertación, la misma cuestión. A crear nuevas alternativas!”, o “la Concertación, incluida MB (Michelle Bachelet) gobernó 20 años con ideas de derecha”. Ahora, en cambio, el Boric candidato no tiene problemas en defender el rodeo, decir que las AFP no son tan malas, sacarse fotos con Carmen Frei o la misma Bachelet, y hasta decir que los últimos 30 años han sido de gran avance. ¿Eran 30 pesos entonces?

Si la vuelta olímpica de carnero de Gabriel Boric fuera sincera y definitiva, hoy yo no estaría escribiendo esta carta. Pero hay indicios suficientes para pensar que no es así, y que será cosa de semanas, sino días, para que vuelva a emerger el líder de Apruebo Dignidad, aquella agrupación en la que el Partido Comunista viaja en primera clase, y que no logra ponerse de acuerdo, hasta el día de hoy, sobre algunos puntos clave como la reforma a las pensiones o la protección de la libertad de expresión.

No, señor. A no confundirse con el Boric concertacionista, porque es una mera ilusión. Boric forma parte de una generación que ha dedicado todos sus esfuerzos a construir un nuevo modelo de país, y tal llama no se puede apagar de un día para otro. Tal esfuerzo les significó, por ejemplo, retirarse en masa del segundo gobierno de Bachelet (específicamente del Ministerio de Educación) y comenzar el camino propio, del cual han salido geniales ideas como dos acusaciones completamente infundadas al Presidente de la República, una visceral oposición a la migración ordenada y regular, y una visión ambivalente y pobre frente a la violencia desatada tras el Octubre chileno.

En esta revuelta ideológica, huelga decirlo, el Frente Amplio y el PC no han estado solos, sino que hasta se han unido personeros que crecieron con ustedes, al alero de la Concertación, pero que al poco tiempo emigraron hacia un nuevo ethos, más progresista, más populista y menos responsable. Recuerdo una charla en el CEP, poco después de terminado el único gobierno de la Nueva Mayoría, en el que un liberado Ernesto Águila, columnista ligado al PS, decía que la Concertación no fue un gran período para Chile, ya que siguieron gobernando con ideas de derecha, y hasta permitieron que Pinochet se mantuviera en el poder (el audio de esta ponencia está disponible en este link).

Es lamentable que ahora predomine un juicio tan crítico con una coalición que le dio gobernabilidad, estabilidad y crecimiento al país por dos décadas. Por supuesto, hay cosas que se podrían haber hecho distinto, y en eso coincidirán derechistas e izquierdistas, pero no deja de ser paradójico que hoy sea la centroderecha la que más valora el legado de la antigua Concertación.

En esto también debo hacer algo de autocrítica. Creo que la centroderecha se enarboló en disputas con ustedes que, con el paso del tiempo, parecen peleas de quinto básico, cuando está claro que había coincidencias en los grandes temas. Falta hacer una valoración más explícita al gesto que tuvieron Aylwin y Boeninger de mantener la Constitución del ’80 (hacer otra cosa podría haber provocado un caos similar al que estamos viviendo hoy),y sobre todo, falta reconocer el error garrafal de no haber plebiscitado los cambios constitucionales de 2005.Si la reforma, consensuada en el Congreso, hubiera sido refrendada por la ciudadanía, hoy tendríamos una Constitución legitimada… y una muy buena, por lo demás.

En fin, no quiero parecer oportunista ni hacer creer a los viejos concertacionistas que hoy la centroderecha es el fiel reflejo de la Concertación. Todos sabemos que no es así. Quien lo ha dicho mejor que nadie es Eduardo Aninat, quien ha reconocido que votará Kast, con dudas, pero de forma responsable. Quizás inconscientemente, Aninat se refiere a las dos éticas de las que habla Max Weber, la de la convicción y la de la responsabilidad. Y he aquí mi última reflexión: es probable, queridos concertacionistas, que la ética de la convicción los llame a votar nulo, dado que ambos candidatos representan mundos distintos al suyo; la verdadera pregunta es, ¿qué les dice la ética de la responsabilidad? Y esta es una pregunta que cada uno de ustedes deberá resolver, en pocas horas más, ante el silencio de una urna, y no pensando en los 30 años que ya pasaron, sino en los 30 que vendrán. (El Líbero)

Roberto Munita

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