La declaración del programa de Jadue respecto a una nueva ley de medios que incluía un consejo que revisaría las concesiones en el caso que estimara que no se cumpliera el rol de un medio, trajo más columnas, debates y similares que cualquier otra parte de su propuesta. Quedó en un segundo plano en la discusión pública una reforma tributaria que pretende aumentar en 10% la recaudación haciendo tambalear todos los manuales de economía; o la propuesta de no ocupar la fuerza pública para las tomas ilegales de terrenos.
Los medios y periodistas se sintieron tocados y salieron con todo a pegarle acusándolo de censurador y autoritario. En ninguno de los programas Jadue se ha desdicho e incluso sus tropas digitales armaron en redes sociales cuentas para acusar de posverdad a entrevistadores del alcalde. Incluso quienes no son cercanos a medios tradicionales o con posiciones más críticas no se la dejaron pasar. El director de El Mostrador se enfrascó en una dura pelea después que Jadue lo acusó de leer su programa con criterio sesgado, y en una columna en este medio Daniel Matamala comparó al alcalde con aquella decisión de Juan Sutil de quitarle publicidad a CNN por su cobertura de las marchas, algo que debe haber dolido profundamente en el PC.
Los argumentos para defender que no hay concentración como dice el candidato comunista se basan en que teóricamente en un mundo digital, donde cada uno se convierte en un emisor en potencia, los medios tradicionales no tendrían razón de ser. La evidencia muestra lo contrario, pues según el CNTV la televisión sigue siendo el medio más influyente y conformador de opiniones.
La pelea de Jadue con los medios tradicionales de la plaza visto desde la linealidad del análisis político parece perdida. Pero la verdad es que una apuesta arriesgada que a otros le ha funcionado. Hay que recordar que Trump ocupó estrategias similares, hizo las mismas amenazas a CNN e incluso terminó catalogando a los medios como enemigos del pueblo. La estrategia de Bukele en el Salvador ha sido similar. Para evitar a los Matamala salvadoreños optó por el recurso directo de las redes sociales.
Jadue busca representar el enojo que tiene el pueblo con los medios, donde siente que está mejor reflejada la élite que las personas a pie. Un reciente estudio del CNTV sobre matinales muestra que las personas de la sociedad civil fueron solo el 12 de los invitados mientras la gran mayoría fueron representantes del poder: ministros, parlamentarios y presidentes de partido. El estudio del COES también refleja una distancia considerable sobre la valoración de la democracia por parte de la elite cultural (a la que pertenecen los periodistas, editores e influyentes en los medios) y la ciudadanía. En dicho estudio, el 19% de los ciudadanos entrevistados veía que daba lo mismo un régimen autoritario que uno democrático.
Esta estrategia de pelear con los medios fue ejecutada de manera exitosa por Trump quien les habló directamente a las personas y no a través de las relaciones públicas que suele acompañar a las candidaturas. En esa lógica las peleas con quienes lo acusan de censor o similar le son convenientes en su discurso de ser el contestario y representante de la ciudadanía que no quiere ver a más de los mismos en la televisión. Y ante la duda sobre credenciales democráticas, el alcalde y sus barras digitales han contestado lo mismo que dice el Presidente Bukele: actúan así porque ven amenazado sus privilegios. (La Tercera)
Carlos Correa



